La temperatura media
del planeta ha cruzado el umbral de 1 grado centígrado por encima de
finales del siglo XIX, la mitad del objetivo que los científicos
consideran necesario alcanzar para que sea soportable para el medio
ambiente y la humanidad, pero que requerirá contener las emisiones de
carbono.
Junto a ese
dato, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó hoy que entre
enero a octubre la temperatura media en la superficie del planeta será
la más elevada de las registradas hasta la actualidad.
"Si queremos limitar el aumento a 2 grados centígrados, ya hemos calentado la atmósfera en más de la mitad y esto es muy preocupante porque el carbono emitido se quedará por siglos. El tiempo está en contra nuestra", sentenció el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.
Aunque los datos ofrecidos hoy cubren los primeros nueve meses del año,
el experto no dudó en declarar en una rueda de prensa: "Estamos muy
convencidos de que 2015 será el año más caliente desde que existen
registros".
La OMM corroboró que nuevamente "se han roto varios récords" que no
hacen más que confirmar la acentuación del cambio climático.
Es una certeza que en lo que va del año se ha alcanzado la temperatura
media de la superficie terrestre más alta jamás registrada en Europa,
Sudamérica y Oceanía, mientras que para África fue el segundo año más
caliente.
Sin embargo,
incluso en el continente africano hubo "muchos lugares" donde se
rompieron récords, aclaró Jarraud, quien recordó luego que "el cambio
climático no sólo es una cuestión de temperaturas", sino también de la
mayor intensidad y frecuencia que adquieren los desastres relacionados
con el clima.
Entre los eventos meteorológicos extremos, el responsable de la OMM sostuvo que
las olas de calor son las que se pueden atribuir con mayor certidumbre a
la elevación de las temperaturas, que multiplica hasta por diez la
frecuencia de ese fenómeno.
Esta información se hace pública a cinco días del inicio de la cumbre
mundial sobre el cambio climático, en la que los líderes políticos
afrontarán el reto de acordar medidas para reducir las emisiones de
carbono a un nivel que haga posible limitar el aumento de las
temperaturas a 2 grados centígrados en el horizonte del año 2100.
Ese objetivo "todavía es posible, pero cuanto más se espere más difícil
será, habrá más gases (causantes del efecto invernadero) en la
atmósfera y se necesitarán acciones todavía más fuertes y más caras",
comentó Jarraud.
A los científicos que creen que incluso 2 grados centígrados es demasiado Jarraud les dijo que, de todos modos,
"un grado centígrado ya está detrás de nosotros, las leyes de la física
están contra nosotros, mantenerlo en 1 grado adicional o menos ahora es
imposible y 1,5 grados es muy poco probable".
El científico explicó que con dos grados adicionales -con respecto al
periodo preindustrial tomado como referencia- "el impacto ya será
importante", pero lo consideró "un valor realista y que permitirá una
adaptación a sus consecuencias negativas".
En particular, para ciertos sectores de la economía, así como para
poblaciones que viven en áreas especialmente vulnerables, como los
litorales.
El Niño y la Niña
Sobre el impacto de El Niño, como un fenómeno que podría explicar el
aumento de la temperatura que se observa este año, Jarraud afirmó que la
tendencia es clara a que los años más calientes debido a El Niño son
más y más calientes y los años fríos -coincidentes con el fenómeno
inverso de La Niña- "también son más calientes".
El coordinador de este informe sobre las temperaturas, Omar Baddour, anticipó que se puede esperar que 2016 sea todavía más caliente que 2015, justamente porque los efectos de El Niño recién se observarán en toda su amplitud en los primeros meses del próximo año.
Las anomalías que se registran en el planeta no sólo afectan a la
atmósfera y a los continentes, sino igualmente a los océanos, con un
aumento de las temperaturas no sólo en su superficie, sino hasta los
doscientos metros de profundidad.
Como consecuencia, además de que el nivel de los océanos sigue subiendo,
se están detectando situaciones como el incremento de la acidez del
agua, lo que a su vez está causando un blanqueo general de los arrecifes
de corales en el mundo.
Las temperaturas más elevadas de los océanos contribuyen asimismo a que
los huracanes y otros fenómenos de vientos extremos penetren más en la
tierra, así como a la erosión de las áreas costeras y a la penetración
de la sal en las reservas subterráneas de agua dulce.
"Deseamos que en la cumbre de París se tomen decisiones basadas en la
mejor información disponible y esperamos sensibilizar a los negociadores
sobre la necesidad de alcanzar acuerdos", señaló Jarraud.