Editorial
Al ser
elegidos por el voto popular, los nuevos jueces echarán por tierra
viejas prácticas de corrupción que enlodaban la justicia. Tras la inédita elección de magistrados judiciales por el voto directo del pueblo el 16 de octubre, este 3 de enero la justicia boliviana se vestirá de gala porque contará con administradores que cuentan con el aval popular.
En el pasado, los jueces eran elegidos por el ‘dedazo’ de acuerdos políticos espurios entre los partidos con representación parlamentaria a fin de contar con defensores a su servicio en los tribunales cuando sean procesados por algunas irregularidades.
La legitimidad y legalidad de las elecciones judiciales se sustentan en la presencia de aproximadamente 5,2 millones de ciudadanos, con poco margen de ausentismo, que acudieron a las urnas a depositar su voto con la confianza de dar inicio a un proceso revolucionario en la justicia.
Esa legitimidad se sustenta aún mucho más por el reconocimiento de la interculturalidad para la elección de los nuevos administradores de justicia. De esa manera, por lo menos un 50 por ciento de los nuevos jueces y juezas provienen de los pueblos indígenas.
Más aún, del total de 56 magistrados elegidos de los Tribunales Supremo de Justicia, Constitucional y Agroambiental y del Consejo de la Magistratura, la mitad son profesionales mujeres, en el marco de lo establecido por la ley.
Las elecciones judiciales bolivianas fueron un ejemplo democrático al mundo para tomar decisiones en paz y en consenso con todos los sectores del país para llevar adelante un proceso de cambio iniciado por el Gobierno del presidente Evo Morales Ayma en enero de 2006, tras ganar en forma contundente las elecciones generales de diciembre de 2005 con más del 53 por ciento del voto de los bolivianos.
Desde entonces se han sucedido varias consultas electorales en Bolivia con el convencimiento de que sea el pueblo el que debe tomar decisiones para dejar en el pasado prácticas que llevaban a la violencia en el afán por copar el poder.
Desde diciembre de 2005 se realizaron dos elecciones presidenciales en las que Morales ganó con amplitud a sus contendores políticos, además de comicios para elegir a la Asamblea Constituyente que elaboró la nueva Constitución Política del Estado, referendos revocatorio y constitucional, elección de gobernadores y autoridades municipales y, recientemente, de magistrados del Órgano Judicial.
Los comicios judiciales fueron tomados por varios países como un referente porque de esa manera se consolida la democracia y se entrega la responsabilidad de administrar la Ley a aquellos ciudadanos y ciudadanas que cuenten con el apoyo del pueblo en una nueva lección democrática que Bolivia dio al mundo.
El objetivo de este proceso judicial es hacer que la justicia esté a cargo, bajo el amparo de la ley, de los verdaderos representantes del pueblo, a fin de que la ley no esté más al servicio de grupos de poder económico y político.
Al ser elegidos por el voto popular, los nuevos jueces echarán por tierra viejas prácticas de corrupción que enlodaban a justicia y que colocaban a las leyes y normas al servicio de los poderosos sin que los pobres puedan acceder a la justicia.
Para ser elegidos, los nuevos jueces que asumirán sus cargos el martes 3 de enero pasaron por varias etapas de preselección en el Órgano Legislativo, cuyos miembros se entrevistaron con 115 candidatos, de los que resultaron elegidos 56, entre ellos 18 del Tribunal Supremo de Justicia, 14 del Tribunal Agroambiental, 14 del Tribunal Constitucional y 10 del Consejo de la Magistratura.
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