Por José Luis Exeni,
LA RAZON.- Uno de los mayores placeres en el oficio periodístico es
“patear” a la competencia, esto es, difundir de manera primicial y
exclusiva una información relevante que nadie más tiene. Se logra ello,
en especial, por obra del periodismo de investigación, alguna “garganta
profunda” o el acceso a documentación secreta. Lanzada la pepa, el
asunto se sitúa en la agenda pública y (casi) todos los medios lo
siguen.
La “pepa” más ruidosa y
reciente en el país ha sido la de un coronel del Ejército que, alegando
persecución, se fue a España en busca de refugio, no sin antes dar
cuenta de un informe ul-tra-se-cre-to, suyo, con “revelaciones”
terribles. La pepa estalló de manera muy conveniente para el dilatado
juicio sobre el caso terrorismo/separatismo.
¿Qué dice el coronel? Veamos
algunas de sus pepas. Que los cocaleros, bartolinas, ponchos rojos y
pueblos originarios están conformando una Guardia Plurinacional con
armas enviadas desde Irán, China y Rusia. Y que cubanos y venezolanos
trabajan en una reforma constitucional (sic) para el efecto. Qué tal.
Jura también que un
ministro, con protección de la guerrilla colombiana, exporta cocaína,
por vía aérea, a todo el mundo. Y también que Evo financia a Podemos a
fin de que, ni bien conquiste el poder, España sea la puerta de la
cocaína a Europa (recontra sic). Se la mandará en aviones oficiales y
militares. Es tremendo.
¿Más? El “ultrasecreto”
coronel, en respuesta a un proceso disciplinario, afirma que las armas
atribuidas a la célula de Rózsa en realidad fueron sacadas del Ejército
por un ministro, una mujer flaca y un hombre con barba. Lo comprobó
viendo la televisión (ultra sic). Y se lo calló durante seis años.
Pero hay antecedentes. Este
mismo coronel deslizó hace un tiempo el dato de que el Gobierno compró
caballos argentinos por 15 millones de dólares (lo cual resultó falso).
¿Para qué tanto caballo? Para que en los terrenos del Club Hípico, en
Santa Cruz, se preparen los jinetes que “van a ir a recuperar el mar”…
¡en una guerra! (sobran sic).
Parece que las pepitas del coronel, además de arrugadas, están con fiebre. Buena cosa para el festín mediático.