El Gobierno optó por reconstruir la carretera antigua Cochabamba-Santa Cruz ante los conflictos de transitabilidad que se presentan cada época de lluvias por la inestabilidad de la ruta nueva. La reconstrucción demandará 104 millones de dólares, según el estudio a diseño final, pero aún no hay los recursos, informó ayer el ministro de Obras Públicas, Vladimir Sánchez.
Sánchez explicó que, según los estudios realizados por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), las obras comprenden el tramo Epizana-Comarapa, que tiene una longitud de 130 kilómetros.
“Ya tenemos el estudio a diseño final, en este momento estamos en la fase de búsqueda de recursos financieros para la ejecución del proyecto y esperamos en poco tiempo iniciar el proceso de licitación y adjudicación de los trabajos a una empresa nacional o extranjera”, sostuvo antes de inaugurar un congreso en la Facultad de Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón, en el que se abordan las mega estructuras que se construyen en Bolivia, como las doble vías y los aeropuertos.
Agregó que la reconstrucción del tramo significa una alternativa a los conflictos de transitabilidad que presenta todos los años la carretera nueva a Santa Cruz, durante la temporada de lluvias.
Explicó que el diseño final del tramo comprende una serie de cortes de taludes en la zona de La Siberia, que es la parte más conflictiva por la sinuosidad de la plataforma, como también la construcción de algunos puentes que acortarán distancias y consumo de combustible.
En su criterio, se trata de construir una nueva carretera que responda a las necesidades de transitabilidad del comercio nacional e internacional que, actualmente, moviliza más de 70 mil vehículos al día por la carretera nueva, de los cuales un 70 por ciento es del transporte pesado.
Respecto a la importancia económica del tramo, dijo que su construcción es fundamental porque pertenece a una ruta de alto tráfico, vincula los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz (parte del eje troncal) y forma parte del corredor bioceánico este-oeste que integra a Bolivia con Brasil, Chile y Perú.
Recordó que la carretera antigua a Santa Cruz fue construida en la década de 1950 y dijo que ningún Gobierno se ocupó del mantenimiento real porque sólo se ejecutaron trabajos de mantenimiento preventivo y de recarpetado en el tramo Epizana-Cochabamba y que la vía cumplió su tiempo de vida útil.
Al respecto, el ejecutivo de la Federación del Autotransporte, Lucio Gómez, comentó que la propuesta del Gobierno coincide con el planteamiento sectorial de ensanchar la carretera antigua al oriente hasta Epizana y asfaltar la zona de La Siberia para garantizar el tráfico vehicular de carga y pasajeros todo el año.
“Lo que el transporte federado necesita es una carretera que, al margen de desfogar el tráfico por El Sillar, brinde seguridad al transporte masivo nacional e internacional”, sostuvo.
Carretera nueva
En las próximas horas, la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) entregará los estudios a diseño final de una solución integral a los problemas de inestabilidad geológica y excesiva humedad que dificultan el tráfico vehicular por los 28 kilómetros de El Sillar.
Luego de reiterar la “voluntad política del presidente Evo Morales de darle una salida estructural a la falla geológica de El Sillar”, Sánchez informó que el paso por El Sillar tendrá un nuevo trazo, viaductos y túneles que garanticen estabilidad durante los 365 días del año.