martes, 31 de julio de 2012

La estrategia de la USAID es financiar conflictos para desgastar a gobiernos progresistas, sostiene periodista Eva Golinger

http://andes.info.ec/pol%C3%ADtica/4727.html

Eva Golinger, periodista e investigadora norteamericana/ Luis Astudillo-Andes
Por: Luis Padilla y Andrés Reliche

Quito, 31 jul (Andes).- La periodista e investigadora estadounidense Eva Golinger sostuvo que la estrategia de la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) es financiar conflictos de manera permanente para ir desgastando la imagen de los gobiernos que no se alinean a los intereses estadounidenses.

Golinger visita Ecuador para ofrecer una conferencia sobre la injerencia y el poder de las organizaciones no gubernamentales en los países latinoamericanos, tema en el que acredita experiencia por las investigaciones que ha realizado, que incluye la desclasificación de documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En entrevista con la agencia de noticias Andes, expuso que existen evidencias públicas de cuáles son las organizaciones beneficiarias de los recursos de la USAID, sobre todo en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, y hacia los fines políticos dónde se enfocan.

Fue clara al mencionar que la agencia gubernamental de Washington es capaz de recurrir a la desestabilización contra los gobiernos que tienen por característica la defensa de su soberanía y los intereses de sus pueblos, políticas que chocan con la visión injerencista de Estados Unidos.

“La USAID empezó a operar en 1961, tiene una doble cara: por un lado se presenta con esa fachada de ser una agencia dedicada a la asistencia humanitaria y, por su lado más oculto está contribuyendo a proyectos políticos para promover la agenda de Washington. Ha sido utilizada por agencias como la CIA como cobertura para sus acciones de inteligencia”, recalcó.

Recordó que 2002, justo antes del intento de golpe de estado contra el presidente venezolano Hugo Chávez, Estados Unidos envió a un representante de la USAID a Venezuela que pertenecía a una división especial, perteneciente a las “oficinas de iniciativas a la transición”.

Se trata de equipos de respuesta rápida cuyo trabajo es promover una transición política que decide en el terreno el tipo de respaldo, sobre todo financiero, generalmente destinado a la sociedad civil (la etiqueta con la que se denomina a las organizaciones no gubernamentales que trabajan estrechamente con la USAID) y los medios de comunicación.

Golinger sostuvo que tras el fracaso del golpe, esta oficina de transición dedicó todos sus esfuerzos a fortalecer a la oposición. Para el efecto, se crearon 400 organizaciones no gubernamentales, la mayoría oficinas virtuales, fachadas creadas para canalizar fondos para alimentar la oposición y buscar mecanismos de derrocar a Chávez.

La periodista, que colabora con la cadena Rusia Today (RT), va mucho más allá al sostener que el guion que utiliza la USAID en los países de la región es muy parecido y se adapta a las circunstancias.

Por ejemplo, apunta que en Ecuador la injerencia de la USAID fue mucho más fácil que en Venezuela “porque ya tenían la puerta abierta (la agencia norteamericana está presente en Ecuador desde 1961, Ndlr)”.

“Aquí (en Ecuador) la penetración de la USAID es mucho más profunda, en Venezuela era muy superficial y solo llegaron a un sector. En Venezuela no se tuvo que denunciar a la USAID, se fueron, porque ya todo el mundo sabia quienes eran, se denunciaba todo el tiempo”, subrayó.

En Ecuador, la USAID trabaja estrechamente con Fundamedios, una organización que supuestamente vigila la situación de la libertad de expresión, pero que en realidad activa en contra de las políticas del gobierno del presidente Rafael Correa.

Esta ONG, en principio negó sus vínculos con la USAID, pero finalmente lo reconoció, aunque se resistió a transparentar los recursos que recibía. Fue el propio embajador de Estados Unidos en Quito, Adam Namm, quien reveló que Fundamedios recibe veinticinco mil dólares mensuales (300 mil al año) para sus programas de “fortalecimiento de la democracia”.

Golinger dijo que este tipo de programas son el disfraz bajo el cual se ocultan las operaciones de la USAID. “Han llegado a todos los sectores de la sociedad: ambientalistas, de trabajo en pro de las mujeres, comunidades indígenas, sindicalistas, partidos políticos, medios de comunicación y periodistas, es decir, es mucho más amplio y profundo”.

La investigadora indicó que no todos quienes reciben el financiamiento son malos ni lo hacen con una intención siniestra, pero detrás hay una agencia de un gobierno que utiliza a la red que ya han creado para promoverlo.

Sin embargo, ella cree que ese tipo de injerencia es mucho más efectiva porque se pasa sutilmente.
En este contexto, recordó que la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador (CEIE) tuvo entre sus miembros a Norman Bailey, un agente de la CIA, del cual sospecha tuvo alguna participación activa en las operaciones que casi desembocan en el derrocamiento del presidente Rafael Correa, durante la sublevación policial de septiembre de 2010.

Eva Golinger dijo que es contradictorio que Estados Unidos haga a otros países lo que sus propias leyes prohíben: financiar partidos políticos en el exterior.