Por Fortunato Esquivel
Hace más de una década, una película de Hollywood provocó polémica universal sobre el tema de la moral, planteando si el dinero puede más que la ética y el amor. Si una mujer casada podría, por un millón de dólares, tener sexo durante una noche con un multimillonario sin escrúpulos. Un filme exitoso, que muchos vuelven a verla en la comodidad del hogar, toda vez que la tecnología lo permite.
Un hecho parecido, pero en el campo político, acaba de producirse en la ciudad de Sucre, que se encuentra en pleno periodo electoral para definir al nuevo alcalde de la capital del Estado Plurinacional de Bolivia. El anterior burgomaestre renunció, rechazado por su inmoral matrimonio con separatistas cruceños, ante quienes se había entregado a cambio de la incumplida promesa de respaldar el pedido de “capitalidad”.
Existen seis candidaturas, pero tres de ellos se frotan las manos con la ilusión de llegar a ser el próximo alcalde de Sucre. Jaime Hurtado de Alianza Unidad PAIS, que es apoyado por el partido Unidad Nacional (UN) propiedad del multimillonario Samuel Doria Medina, Iván Arciénega del Movimiento Al Socialismo (MAS) y Moisés Torres Chivé de la Agrupación LIDER.
Torres Chivé, denunció que un enviado del “otario” de UN se le aproximó y le hizo la indecente propuesta de retirarse a cambio de la “mejor pega” o el mejor espacio dentro del municipio. Aparentemente, el tentado no está gambeteando la pobreza, ni quiso aceptar los morlacos del magnate y lo denunció públicamente. El enviado del Maquiavelo bacán fue Jaime Navarro, pero éste negó ser portador de la mordida.
El multimillonario, desde la época neoliberal, dice haber comprado las acciones que le pertenecían al Estado en la empresa cementera de Sucre, aunque nunca quedó claro, a quién y cuánto pagó por la empresa que se liquidaba a partir de su gestión como Ministro de Planeamiento.
Como no lo puede hacer de manera directa, pretende volver a mandar en la Fábrica de Cemento de Sucre y evitar una completa investigación de la administración que le cupo durante diez años, sin rendir cuentas claras a nadie. Hay intereses que ocultar y por eso, la lucha por el municipio sucrense es tenaz hasta el 18 de diciembre cuando se llevarán a cabo las elecciones.
Torres Chivé, se proyecta con buenas posibilidades y aunque no llegue a ser alcalde, seguramente su futuro político va por buen camino, porque en este mundo, como dice el tango, siempre han habido chorros, maquiavelos, estafados y también varones sin doblez.
La propuesta denunciada por el candidato, es prueba de lo que rima el tango al señalar: “los inmorales nos han igualao”. Parece verdad que ahora cualquiera es un señor y cualquiera es un ladrón. La campaña por el municipio sucrense es seguida con interés por la ciudadanía, aunque los medios de comunicación nacionales no le den mayor importancia, pues el candidato oficial, parece tener las de ganar.
Por el momento, la cementera chuquisaqueña es propiedad estatal a través de sus tres socios desde el rescate de acciones el pasado 10 de octubre de 2010. A la campaña de Sucre, le seguirán otros cuyos alcaldes también se encuentran en falencia. El juego democrático, está funcionando dentro del proceso de cambios que vive Bolivia.
////// SCZ 01/12/11
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