jueves, 2 de junio de 2011

¿Nos vamos a rendir ante el contrabando?

Vamos a andar Rafael Puente

- 26/05/2011

Justo en momentos en que la Aduana Nacional hace esfuerzos por modernizarse y por acabar con la corrupción, y después de una larga y consecuente resistencia gubernamental contra la presión de los “chuteros” o contrabandistas de autos, manteniendo un decreto que pone fin a ese interminable tráfico -que es nefasto desde varios puntos de vista- ahora aparecen dos senadores -del partido de Gobierno- promoviendo una nueva “amnistía” para los famosos autos chutos (cuyo número es muy alto).

Veamos las razones que tenía y tiene el Gobierno para frenar definitivamente la importación -encima ilegal- de ese material automotor:

La lucha contra el contrabando tiene que darse consecuentemente en todos los espacios y sin perdonar a nadie -a nadie, ni a determinados ayllus ni a determinados funcionarios ni a determinados dirigentes-.

El país está saturado de chatarra automotriz. Según informes del RUAT y del INE (procesados por Swisscontact) el promedio de antigüedad de los vehículos que circulan en el país es de 18 años, llegando los más antiguos a 50. Hace años que Bolivia parece un gigantesco cementerio de vehículos que, habiendo cumplido su vida útil en sus países de origen, vienen a convertirnos en un país chatarra. Gran parte de esos vehículos han sido “transformados” a nuestras normas de tráfico (con los riesgos que ello implica), mientras otra buena parte funciona sin transformación alguna (como los famosos “surubís” que no dejan de causar accidentes pero siguen funcionando).

El incremento de varios miles de vehículos ilegales no hará otra cosa que entorpecer más aún el tráfico vehicular, ya ahora insoportable (sin que nuestras alcaldías puedan hacer los milagros necesarios para resolver el problema).

La contaminación del aire -ya de por sí suficientemente grave, en detrimento de los derechos de la Madre Tierra, y en detrimento de la salud de los hijos de la Madre Tierra- será todavía mucho peor.

No se puede seguir dejando en figurillas la famosa “autoridad del Estado”, no se puede seguir decretando amnistía tras amnistía, ya sea para la ropa usada o para los vehículos ilegales, con la consecuencia de que al final nadie creería en decretos y normas.

Vean ustedes lo que ha ocurrido nada más al salir la noticia de que dos senadores promueven una nueva amnistía para los chutos: sólo por Challapata, al día siguiente empezaron a ingresar cientos de vehículos ilegales y volvieron a florecer los talleres para transformarlos o camuflarlos, hasta el extremo de que no se encuentra mecánicos (y se los tendrá que improvisar).

Sabemos que la Aduana Nacional está en contra de dicha amnistía, hemos visto al ministro de Hacienda sosteniendo una posición similar. Sabemos que la Cámara Automotriz está en contra de tal medida, hemos leído que en igual sentido se ha pronunciado la Confederación del Transporte. Estamos seguros de que la opinión pública piensa lo mismo (lo que pasa es que no tiene sentido gastar dinero en hacer un referéndum sobre el tema). Pero sería importante que, además de pensar así, esa gran masa que somos la opinión pública nos manifestemos. Porque sólo habría una explicación para que acabe saliendo esa ley de amnistía: el reconocimiento de que el contrabando nos ha ganado definitivamente la batalla y que no tiene sentido seguir luchando contra él. Si es efectivamente así, por favor que los mencionados senadores nos lo digan.

R afael Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.

Tomado de: http://www.paginasiete.bo/2011-05-27/Opinion/Destacados/18Opi00127-05-11-P720110527VIE.aspx

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