jueves, 2 de junio de 2011

El gran garrote del Imperio

Opinión
Escrito por Fortunato Esquivel (Periodista)

El Imperio norteamericano acaba de anunciar “sus” sanciones a quienes hagan amistades con Irán. Pero no lo hizo de manera franca y directa o por la vía diplomática, sino a través de declaraciones de funcionarios de su casa de gobierno. El Subsecretario de Estado, James Steinberg, se encargó de dar a conocer las sanciones que su gobierno aplicará a varias empresas, entre ellas a Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA). Dijo que la petrolera venezolana “no podrá firmar contratos con la administración estadounidense ni contar con financiamiento para sus operaciones de importación y exportación”.

Desde luego que para preservar sus “intereses”, las sanciones no afectarán la venta de petróleo a Estados Unidos. La canciller Hillary Clinton fue un poco más allá y amenazó a las empresas de todo el mundo, indicando que si continúan con su apoyo al sector energético de Irán, sufrirán “serias consecuencias”. De inmediato, en todo el mundo, pero particularmente en Latinoamérica, las reacciones de repudio al anuncio y de respaldo a Venezuela se escucharon a todo nivel. En Bolivia, la coalición de partidos políticos de izquierda, Alianza Revolucionaria antiimperialista (ARA), se pronunció en respaldo de Venezuela.

En parte de su declaración la ARA señala: “El imperialismo se cree con el derecho de dictar normas y comportamientos a todo el mundo, para lo cual no tiene ninguna autoridad moral. Los Estados Unidos de América han ingresado a la vía peligrosa de la injerencia, el chantaje, la tortura, el asesinato y la invasión, como en los tiempos que precedieron al estallido de la II Guerra Mundial. Barak Obama, con sus poses de demócrata, se asemeja cada vez más a los dictadores nazis de la década del treinta del siglo XX. Lo más peligroso es que, con la actual proliferación de armas nucleares, un nuevo estallido mundial puede significar no sólo el fin del imperialismo, sino que este puede arrastrar en su caída al mundo entero”.

Con esta actitud, la administración de Barak Obama demuestra estar ajustando su diplomacia a la “Doctrina del Gran Garrote” de los primeros años del siglo XX. Está claro que el Imperio se encuentra en fase de derrumbe y en afán de sobrevivir busca apoderarse de los recursos naturales de otros países, como única alternativa para evitar su caída final.

¿Por qué, Estados Unidos intenta prohibir a otros países a tener relaciones con Irán? ¿Por qué intenta convertir a nuestros países en una especie de protectorados? La razón central parece ser su intención de apoderarse de las reservas de petróleo existentes en el mundo entero y para comenzar pretende destruir la vigencia de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).

El caso específico de las sanciones anunciadas contra PDVSA, deberían lecturarse como una amenaza contra América Latina. Para ello ya instaló diez bases militares en Colombia y desplazó su cuarta flota en aguas del Pacífico. Sudamérica está amenazada, sin duda.

Una adecuada respuesta debería surgir desde nuestras naciones. ¿Por qué no sancionamos nosotros a Estados Unidos? El gobierno de Evo Morales ya dio el primer paso con la expulsión del embajador Philip Goldberg. Como éste, otros diplomáticos del Imperio se dedican a organizar y financiar golpes de Estado o separatismo como fue el caso de Bolivia en 2008.

La conspiración norteamericana contra nuestros pueblos es permanente y no cesa. Bolivia no está a salvo de los preparativos contrarrevolucionarios de su extrema derecha. La expulsión de Goldberg no es suficiente, pues los organismos no gubernamentales estructurados siguen conspirando.

Aunque los partidos conservadores adictos al Imperio están derrotados y desorganizados, los comités cívicos, sin fuerza; y los estatutos autonómicos de la media luna echados al basurero, una minoría conservadora aún se ocupa de amenazar con un nuevo proceso golpista para fines de este año. El Imperio se desmorona y en su caída pretende arrastrar, tras de sí, a todo lo que encuentre. Por eso, los latinoamericanos tenemos que estar atentos a todos los acontecimientos mundiales.

El Imperio se desmorona y en su caída pretende arrastrar, tras de sí, a todo lo que encuentre. Por eso, los latinoamericanos tenemos que estar atentos a todos los acontecimientos mundiales.

Tomado de: http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-06-02&idn=46629

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