Una investigación iniciada en febrero de 2012 concluyó con un operativo boliviano-español que desarticuló una organización de narcotraficantes que operaba en ambos países y que estaba dirigida por un matrimonio boliviano y una tercera persona de quien no se reveló su nacionalidad y que era la cabeza del grupo en Santa Cruz. La muerte de una persona que transportaba droga dentro de su cuerpo dio pie a la pesquisa que permitió detener a 23 personas en Bolivia y España.
La Dirección General de la Guardia Civil informó hoy que las detenciones se han practicado en las provincias españolas de Madrid, Murcia y Alicante, además de en Bolivia, donde se encontró al cabecilla del grupo. Se trata de la primera vez que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) actúa en aquel país de forma conjunta con una policía europea, establece una nota de EFE publicada en el portal digital diariovasco.com.
En los 11 registros llevados a cabo -ocho en España y tres en Bolivia- se ha desmantelado dos laboratorios clandestinos de manipulación de estupefacientes y se secuestró 10 kilos de cocaína de elevada pureza, 18 de marihuana, 15.000 euros en efectivo, dos pistolas y numerosos móviles y equipos informáticos.
Los tres inmuebles de Bolivia son dos chalets de lujo y un centro de masajes y spa que pertenecen al cabecilla de la organización, de quien no se revela su identidad.
La investigación comenzó en febrero de 2012 cuando una persona denunció la muerte de un vecino de la localidad murciana de Águilas, que presuntamente había sido contratado para que realizara viajes a Bolivia con la intención de introducir cocaína en España, que debería de transportar en el interior de su organismo, refiere la nota.
Unos meses más tarde la Guardia Civil detuvo a cuatro personas en Madrid a las que acusa de trasladar hasta Murcia más de medio kilo de cocaína de gran pureza, y a continuación fueron arrestadas otras dos en el aeropuerto de Barajas cuando se descubrió que llegaron a Madrid con un kilo de cocaína ingerido.
Estas detenciones permitieron conocer que se trataba de una organización criminal internacional dedicada al tráfico de cocaína con una elevada fluidez entre España y Bolivia, y recientemente se ha llevado a cabo la fase de explotación para desmantelar la rama de la organización afincada en España.
En esta fase se llevaron a cabo ocho entradas y registros en inmuebles de la localidad murciana de Águilas, Murcia capital y las localidades alicantinas de Elda y Petrer y se detuvo –refiere la nota- a otras dieciséis personas de nacionalidades española, marroquí, colombiana, boliviana y eslovaca.
También se desmantelaron dos laboratorios clandestinos en viviendas de Águilas y Elda para recibir, manipular y adulterar grandes cantidades de cocaína de gran pureza.
Entre los arrestados se encontraban los cabecillas de la red en España: un matrimonio de origen boliviano, afincado en Águilas, que se encargaba de captar a personas para utilizarlas como transporte humano de cocaína, así como de recibir la droga y, posteriormente, manipularla y distribuirla por varias provincias del país.
Una vez desmantelada la rama española de la organización, el Juzgado de Instrucción número 7 de Lorca (Murcia), que ha dirigido la operación, envió a agentes del Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil hasta la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.
Allí se coordinó con la FELCN para desenmascarar la estructura principal de la red internacional. La investigación permitió a los agentes identificar, localizar y detener a los tres integrantes de la cabeza de la pirámide delictiva.
Uno de los arrestados dirigía toda la organización y contaba con dos identidades ficticias, lo que dificultó el trabajo de la Policía. Era el responsable de las sustancias estupefacientes que causaron la muerte al vecino de Águilas que ejercía de "mula".
El dirigente de este grupo criminal estuvo viviendo varios años en España, donde inició y conformó la estructura de la red para poder gestionarla desde Bolivia.
A los 23 detenidos, con edades comprendidas entre 18 y 53 años, se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas, añade nota.
Además, al director de la red se le imputan también los delitos de homicidio y falsificación de documentos.
