La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Educación, se desarrollará a través de la publicación de fascículos dominicales elaborados por los propios indígenas.
El Ministerio de Educación, en estricto cumplimiento de lo instituido por el Gobierno central y la Constitución Política del Estado (CPE), impulsó la elaboración de una serie de fascículos que documentan los saberes y conocimientos de los 36 pueblos indígenas, originarios y afrobolivianos de Bolivia.
La iniciativa es parte de las políticas educativas en las que el Estado Plurinacional se embarcó hacia la descolonización del país.
El proyecto, iniciado el año 2006, fue desarrollado junto con los sabios indígenas de las 36 naciones y pueblos reconocidos oficialmente en la nueva Constitución Política del Estado, vigente desde la gestión 2009.
El Jefe de la Unidad de Política Intracultural, Intercultural y Plurilingüismo del Ministerio de Educación, Wálter Gutiérrez, puntualizó que la iniciativa obedece a lo estipulado en el artículo 5, inciso 1 de la norma constitucional boliviana.
Dicho artículo establece que “son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco”.
En ese marco, Gutiérrez sentenció que “el sistema educativo tradicional, colonial, neoliberal—como nuestro país se denominaba antes— no tomaba en cuenta las lenguas y culturas de los pueblos indígena originarios”.
Sostuvo que ahora “el Estado Plurinacional toma como su esencia principal a la pluralidad de los 36 pueblos indígena originarios y afrobolivianos”.
De acuerdo con la autoridad, es a razón de todo lo expuesto que se determinó trabajar con los “sujetos directos de estudio” y no con investigadores externos a los pueblos.
Según Gutiérrez, el enfoque de un investigador externo pierde su riqueza al considerar a los habitantes de las naciones indígenas como “objetos de estudio”.
Es así que dio a conocer que las publicaciones fueron elaboradas por sabios indígenas que recogieron y escribieron las separatas, basados en experiencias propias del pueblo al que pertenecen.
En esa línea, reveló que “uno de los sueños de nuestro Presidente es que todos los niños, niñas y jóvenes conozcan la pluralidad, las potencialidades culturales y lingüísticas que tienen nuestros pueblos”.