Congreso. Investigadores de Bolivia y el mundo comparten las novedades de investigación en el Musef.
La mayor concentración de este tipo de filones se
encuentra en el valle y el altiplano nacional. Los investigadores de
Siarb han rechazado calificar el grado de importancia de cada uno de los
sitios, ya que se trata de patrimonio, aunque reconocen que hay lugares
más atractivos para el turismo.
Los investigadores desconocen aún las culturas que crearon las obras antiguas, aunque sí saben que el origen de las mismas se encuentra en diferentes periodos de la historia regional, incluyendo en la época republicana.
“El arte rupestre consiste en mensajes —que pueden ser pinturas o ideogramas— plasmados en la piedra no procesada”, explicó Freddy Taboada, presidente de la Siarb. “Quiere decir que tenemos obras prehispánicas, de la época colonial y republicana”.
Esto dificulta averiguar cuál es la cultura que originó los mensajes, especialmente en el caso de las piezas prehispánicas, ya que la información existente de esa etapa no es la adecuada.
Actualmente este patrimonio se encuentra en peligro. Una de las causas es la apertura de las comunidades a los turistas. Taboada aseguró que no existe un control adecuado sobre las acciones de los turistas ni las que emprenden los pobladores de las localidades donde se encuentran los filones.
Asimismo, el investigador indicó que el turismo descontrolado no es la única, ni la principal, amenaza para la conservación de las piezas. “El arte rupestre en Bolivia también es vulnerable a los elementos y a distintas intervenciones que realiza el hombre, como la construcción de caminos, viviendas y otros”, agregó.
Esto se agrava debido a la ausencia de una normativa y de políticas estatales relacionadas con el tema. Asimismo, la descentralización de las funciones administrativas dificulta aún más el control del Gobierno.
Actualmente se lleva adelante en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) el Congreso Internacional de Arqueología y Arte Rupestre, en el cual cerca de 300 investigadores de Bolivia y el mundo comparten las novedades en investigación y preservación.