sábado, 7 de abril de 2012

DIEZ COMUNIDADES que racionalizaron sus cultivos de coca reciben certificación

http://www.cambio.bo/politica/20120407/diez_comunidades_que_racionalizaron_sus_cultivos_de_coca_reciben_certificacion_68328.htm 

Política

Son las primeras del municipio de La Asunta en ser certificadas en el marco del cumplimiento del acuerdo entre el Gobierno y los productores firmado el 18 de septiembre de 2008 para eliminar la coca ilegal de la Asunta.

50 comunidades aproximadamente conforman la región de La Asunta que produce la hoja de coca tradicional en los Yungas.

LA PAZ - Cambio


“hemos erradicado la hoja de Coca”, expresa Basilia Payo, de la comunidad Los Olivos, quien recibió a nombre de la Central San José, provincia Sud Yungas del departamento de La Paz, un certificado de cumplimiento a la racionalización de la hoja de coca.

Fue en la población de Cotapata de la Asunta que el Viceministerio de Coca y Desarrollo Integral, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, entregó la certificación de racionalización de la hoja de coca a 10 comunidades que cumplieron con los requisitos acordados en el convenio del 18 de septiembre de 2008.

De acuerdo con los datos del director de la Unidad de Desarrollo Económico Social de los Yungas de La Paz, Jhony Panigua, existen cerca de 50 comunidades que conforman la zona tradicional de la hoja de Coca en la Asunta, donde 1.800 hectáreas ya fueron racionalizadas, “faltan 1.750”, dijo. 

Panigua explicó que la certificación permitirá la legalización del cultivo de la hoja de Coca en beneficio de las comunidades, que podrán comercializar la hoja en el marco legal y de forma posterior reclamar ser parte de la Ley de la Hoja de Coca, que se encuentra en etapa de borrador. 

“El convenio especifica que en la zonas verdes pueden tener sólo una hectárea, en las zonas amarillas es un cato, en las zonas rojas es cero; si hay excedente debemos erradicar”, recordó Panigua 

En La Asunta la racionalización es coordinada con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), los productores de coca afiliados y el personal del Viceministerio de Coca.

“Hacemos un listado de todos los afiliados que están cumpliendo con la norma y se introduce en el sistema informático, donde se puede verificar esa lista completa con el número de lote, la cantidad de racionalización y lo que queda por racionalizar”, aseguró el director de la Unidad de Desarrollo Económico Social de los Yungas.

En el acto, el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Dionisio Núñez, señaló a los cocaleros que los productores que cumplan con los requisitos podrán optar a ser parte de la norma de la coca.

“El compañero que no quiera racionalizar no entrará a la Ley general de la Coca, y su hectárea  quedará como zona ilegal. Estamos advirtiendo en el momento preciso”, indicó la autoridad.

Pidió a las comunidades que les falta cumplir con los requisitos del convenio de 2008, que aceleren la racionalización para la certificación de todas las poblaciones en esta gestión. 

Recordó que el acuerdo con la región del Chapare es de un cato por afiliado, y con los Yungas el convenio establece la delimitación del área legal de hoja de coca entre las provincias de Nor Yungas, Sud Yungas e Inquisivi, “son áreas que deben ser reconocidas y tener registro de racionalización de los cultivos de coca”.

El Viceministro destacó además los acuerdos logrados en la provincia Franz Tamayo, donde se reconoció 300 hectáreas de 24 comunidades o sindicatos. Así como en Caranavi para mil hectáreas, entre otros.

“Cocales fuera de estos acuerdos, fuera de los límites establecidos, deben ser eliminados porque corren el riesgo de que la comunidad internacional no respalde ni apoye al acullico tradicional por culpa de la coca excedentaria, esa coca ilegal podría seguir siendo ilegal”, manifestó Núñez.

En Bolivia existen alrededor de 30 mil hectáreas, son 23 mil que debe ser erradicadas, señaló el Viceministro.

Evitemos el desvío de la hoja de coca al narcotráfico, que repercute en contra del consumo tradicional y la producción de la hoja de coca.

Los productores cocaleros

José Percano, de la comunidad Primero de Mayo, recibió la certificación para los 57 productores de su región.

“No ha sido fácil, fue complicado entendernos entre nosotros mismos y la comunidad. Sólo tenemos 20 hectáreas, algunos tenemos un cato, dos catos, máximo tiene tres catos los que tienen familias grandes”, expresó José.

Relata que por cato sacan hasta cuatro taques de coca cada tres meses, que no alcanza para su economía, pero tienen la esperanza de iniciar procesos productivos alternativos para su región y evitar que el narcotráfico se convierta en una mala imagen para esta región.

“Nunca podríamos apoyar al narcotráfico, es algo que hace daño”, agrega el comunario.

Con tristeza comenta que la región está preocupada por el reciente asesinato de una familia en Villa Porvenir, a pocos kilómetros de Cotapata, donde según rumores de la gente el hecho puede estar relacionado a un ajuste de cuentas. Sin embargo, la Policía está en proceso de investigación del hecho y aún se desconocen las causas reales de la muerte de la familia.

“Lamentamos estas informaciones, hemos visto que en las comunidades aparecen de repente unas personas desconocidas, por lo que estamos alertas”, señaló.

Dijo que en una reunión decidirán qué acciones tomarán para mejorar el control en el ingreso de personas que se dedican a la delincuencia.  

“Tenemos que hacer un control porque hay gente mala que quiere desprestigiar a la federación de cocaleros y a nuestra región que forma parte del cultivo de la hoja tradicional de la hoja de coca”, consideró José.

DATOS

• La hoja  de coca es una planta originaria de Sudamérica y es de vital importancia en las costumbres y tradiciones de Bolivia.

• Es una planta  que tiene virtudes medicinales, quita el sueño y permite mayor resistencia para el trabajo, además es un producto que se utiliza como medio de intercambio social en ceremonias religiosas y fiestas sociales.

• Se cree que la planta de coca es usada desde tiempos prehistóricos andinos hasta la fecha, en los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay y Brasil.

• El Gobierno se comprometio a luchar contra el uso ilegal de la hoja de coca, que en su estado natural no es un estupefaciente (droga), razón por la que se pidio a la ONU su despenalización para sus usos tradicionales y medicinales.



Defensa de la coca y lucha contra el narcotráfico


En Cotapata, en un ampliado de la Federación de La Asunta, los cocaleros ratificaron la defensa unánime al uso tradicional de la hoja de coca.

“La práctica de uso tradicional de la hoja de coca no puede ser penalizada, hemos planteado que los países del mundo la reconozcan como legal”, informó el Viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Dionisio Núñez, en el ampliado. 

Ante decenas de cocaleros dijo que es preocupación del Gobierno la extensión de plantaciones de coca en los parques nacionales y otras regiones donde antes no se producía.

“Nosotros tenemos que demostrar que estamos eliminando aquella hoja de coca que se destina para el narcotráfico, porque en Europa es lo que para nosotros es el alcoholismo, que echa a perder generaciones, echa a perder sociedades y familias”, manifestó Núñez.

Agregó que la defensa de la hoja de coca no significa llenarse de cocales, sino defender los cultivos que se heredaron de los abuelos y tatarabuelos, lo que realmente se consume en el país.


TESTIMONIO

Basilia Payo

comunaria de Los Olivos

Yo siempre camino con mi coca, es mi medicina. Cuando no está bien madura la coca es dulce y la acompaño con lejía. Pero a veces la hoja se la comen los bichos, y las hojas las recolectamos como perforadas y no podemos hacer nada.



Desarrollo alternativo, un desafío a largo plazo

“Si no hubiera hoja de coca creo que nos morimos, de qué podríamos vivir”, expresa Basilia, productora de hoja de coca.

Con más de 60 años y más de tres hijos, que también se dedican al cultivo de coca, Basilia no está segura de que otros productos puedan sustituir su economía. “El café, naranja, arroz dan después de un año, solamente la coca nos ayuda por ahora”, añade.

Pero en la comunidad de Basilia, Los Olivos, un productor promociona su café local, el aroma es fuerte y atrae la atención de los visitantes.

“Por favor, pase, es un buen producto y es nuestro”, indica el productor que confia en que su café es la alternativa para mejorar el sustento familiar. 

“Antes los cítricos daban de buena calidad, pero ahora las plantas están secas y afecta en la producción. No sabemos qué esta pasando”, comentan los productores.

Sin embargo, el Viceministerio de Coca cuenta con dos direcciones de Desarrollo Integral de las regiones productoras de Coca, donde se ejecutan políticas y acciones de beneficio para las comunidades.


El trabajo de la Fuerza de Tarea Conjunta 

El jefe III de Operaciones de Tarea Conjunta (FTC) de los Yungas, teniente de Navío Herbi Rojas Mejía, señaló que los oficiales tienen la misión de realizar las tareas de racionalización de forma continua.

“En este campamento de Chiaria tenemos 12 cuadros que realizan diariamente su trabajo en coordinación con la Unidad Desarrollo Económico y Social de los Yungas (Udesy), que determina la cantidad de hoja de coca que debe ser erradicada o racionalizada”, dijo Rojas.

La coordinación y la tarea diaria de racionalización de la hoja tradicional no tiene complicaciones con los dueños de los lotes, pero el trabajo se dificulta en la época de lluvias, las que provocan derrumbes, riadas e inundaciones que impiden la salida del personal militar,  explicó el teniente.

“Es una tarea continua, diaria. Hasta el momento hay muy buena relación con los comunarios, sólo hay factores climatológicos que no nos permiten las salidas. Muchas veces hay derrumbes y debemos volver a la base de operaciones”, manifestó el teniente Rojas.

Recordó que en La Asunta no se realiza una erradicación forzosa, por lo que la relación con los cocaleros es cordial.

Hasta febrero de 2012 la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) erradicó 807 hectáreas de coca excedentaria y destruyó 2.123 metros cuadrados de almácigos en los Yungas (La Asunta y otros), en el trópico de Cochabamba y en Yapacaní.

En la erradicación de las 807 hectáreas se respetaron los derechos humanos, en el marco de la política del Gobierno.