martes, 7 de abril de 2020

Secretario privado de Áñez a The New Yorker: “Soy agente de la CIA”



Erick Foronda, secretario privado de la presidenta Jeanine Áñez, le dijo al periodista estadounidense Jon Lee Anderson que es agente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EEUU), una declaración que fue recogida para el reportaje “La caída de Evo Morales”, publicado por la renombrada revista The New Yorker.

La afirmación de Foronda fue registrada por Lee Anderson cuando fue a entrevistar a Áñez en el Palacio Quemado para la pieza periodística que fue lanzada originalmente por The New Yorker a mediados del mes pasado en su edición en inglés y que acaba de ser traducida al español en su página web.

El texto completo, que lleva como identificador la frase “Letter from Bolivia” (Carta desde Bolivia), puede leerse en español ingresando a este enlace: https://bit.ly/3aTIpTF

“Un hombre de traje se presentó como Erick Foronda, secretario privado de Áñez. Cuando señalé que me parecía conocido, declaró con afectada seriedad: ‘Debe ser porque soy agente de la CIA”, relata el prestigioso reportero estadounidense, conocido por sus coberturas en zonas de conflictos armados en Medio Oriente y América Latina.

Consultado por OPINIÓN al respecto, Foronda aclaró que ese intercambio de palabras con el periodista se dio en un contexto de burla y que en EEUU es una broma común que alguien diga que es agente de la CIA. Acotó que un agente de la CIA jamás admitiría públicamente trabajar para esa agencia de inteligencia estadounidense.

Tras consignar esa declaración textual, el reportaje del New Yorker ofrece más datos sobre Foronda: que fue asesor de la Embajada de EEUU en La Paz por más de dos décadas y que durante los primeros años de gobierno de Trump vivió en el país del norte.

“Ahora, los aliados de Morales señalan que su presencia (la de Foronda) en el palacio es indiscutible evidencia de que Estados Unidos ha respaldado el golpe”, apunta el periodista para a continuación citar una noticia emitida por Radio Habana Cuba en enero, la cual se titula: “Secretario privado de Áñez vela por la subordinación de Bolivia a EEUU”.

Más allá de la veracidad o no de la declaración de Foronda, el dato le permite a Lee Anderson perfilar el talante “desvergonzadamente derechista” del Gobierno transitorio liderado por Áñez, que, entre otras acciones compatibles con la política exterior del régimen de Trump, expulsó de Bolivia a diplomáticos y médicos venezolanos y cubanos, acusados sin pruebas de financiar acciones violentas de los simpatizantes del expresidente Evo Morales.

“El primer mandatario que felicitó a Áñez por su presidencia fue el líder derechista de Brasil, Jair Bolsonaro; el segundo fue Donald Trump”, complementa el texto de Jon Lee.

Más adelante, “La caída de Evo Morales” vuelve a aludir al secretario privado de la mandataria y precisa que “en Washington, Erick Foronda y Arturo Murillo se fotografiaron junto a Marco Rubio”, senador por Florida del Partido Republicano, del que llegó a ser precandidato a la presidencia en 2016 y a quien se identifica como una de las figuras más visibles del ala conservadora de la organización política hoy en funciones de gobierno.

En consonancia con Lee Anderson, un artículo del medio digital Sol de Pando (soldepando.com), dirigido por el periodista boliviano Wilson García Mérida, coincide en que Foronda sería agente de la CIA (en el texto “Agente de la CIA ordenó cambios en canal 7”). Lo propio plantea el portal de izquierda Rebelión (rebelion.org), en el texto “Erick Foronda, ‘el agente de la CIA que maneja el gobierno de Áñez”.

Dejando de lado la eventual injerencia estadounidense en el Gobierno transitorio, la pieza publicada por el New Yorker ofrece un retrato de Bolivia en las semanas posteriores a la renuncia de Evo Morales a la presidencia, en noviembre de 2019. Para ello, el reportero se encontró y habló con Morales, Álvaro García Linera, Jeanine Áñez, Arturo Murillo, Jerjes Justiniano (primer ministro de la Presidencia del régimen actual), Adriana Salvatierra, Waldo Albarracín, entre otras personas.

“La caída de Evo Morales” revela la complejidad del clima político en el país, fracturado entre los partidarios de Evo que denuncian un golpe de Estado y los sectores que le achacan al exmandatario un fraude electoral.

Lee Anderson consigue que Evo Morales, García Linera y Adriana Salvatierra admitan que cometieron errores en su gestión, como la forzada reelección para un cuarto mandato de la dupla masista que gobernó Bolivia por casi 14 años. Sin embargo, son confesiones a medidas o diferidas, que no explicitan las falla del Gobierno del MAS. Así también le saca a Áñez una afirmación en la que se dice “ultraderechista” por haber devuelto la Biblia al Palacio Quemado, pese a que Bolivia es constitucionalmente un Estado laico.

Jon Lee Anderson (California, 1957) es un destacado periodista y escritor estadounidense, que forma parte del staff de la revista The New Yorker y ha escrito para otros importantes medios en inglés y español. Es autor de los libros de no ficción “Che Guevara: una vida revolucionaria” (1997) y “La caída de Bagdad” (2004), entre otras publicaciones que reúnen perfiles, crónicas y otras piezas periodísticas de su dilatada carrera. Es también conocido por su faceta como “maestro de la Fundación Gabo”, con cuyo soporte brinda talleres periodísticos en América Latina.

La cobertura de la historia “La caída de Evo Morales” le demandó venir a Bolivia y recorrer varias de sus ciudades y pueblos, como La Paz, Cochabamba, El Alto, Santa Cruz y Orinoca. Su trabajo fue acompañado por el fotoperiodista Moisés Saman, de la agencia Magnum, cuyas imágenes ilustran la publicación en The New Yorker.

Fuente: https://www.opinion.com.bo/articulo/pais/secretario-privado-anez-the-new-yorker-soy-agente-cia/20200407155253760883.html




MINISTERIO DE LA COMUNICACIÓN “IMPRESENTABLE”


La crisis sanitaria del coronavirus ha develado el déficit comunicacional en el gobierno de facto. La ausencia de campañas educativas, informativas y formativas para enfrentar el virus, es evidente. A ello se suma, la circulación de un criticado spot, de autoría del Ministerio de Comunicación, en el que se da vida al agente transmisor de la enfermedad con el tono represor, amenazante y asesino de la voz en off. Lo calificaron de “impresentable”.

La cabeza de la comunicación gubernamental, Isabel Fernández ex presentadora de Unitel, no respondió la llamada de los medios de comunicación que buscaron una explicación. Tampoco apareció el viceministro de políticas comunicacionales, Martín Diaz Meave, comunicador de Luis Revilla, alcalde de la ciudad.

Nadie quiso asumir la responsabilidad sobre esa pieza comunicacional, que en las redes sociales se le atribuyó a Arturo Murillo, por el carácter policiaco del video, al punto de ser calificado de “impresentable”. En los pasillos del ministerio, funcionarios deslindan cualquier vinculación y afirman que fue “encargado” a una productora externa y que habría costado cerca de 50 mil bolivianos.

En el Decreto Supremo 4179, Janine Áñez suscribe: “se autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, a través del Tesoro General de la Nación, realizar en la gestión 2020, la asignación presupuestaria de recursos adicionales, a favor del Ministerio de Comunicación…”. “Recursos adicionales” que bien podrían estar alimentando a miles de familias bolivianas que hoy están obligadas a marchar o peregrinar para paliar el hambre.

Junto a la política comunicacional errática del régimen, se comprueba la alianza del gobierno con el canal Unitel de propiedad de terratenientes y banqueros. Al respecto, ya se conocieron las denuncias sobre la preferencia en publicidad que engorda el canal en esta crisis. Pero además, el gobierno permitió que el programa Calle 7, un reality —varias veces cuestionado por el tratamiento misógino y racista de sus contenidos—, siguiera al aire, pese a las restricciones de la cuarentena. 

Hubo que expresarse una reprobación generalizada en las redes sociales para que el canal retire el programa.

Entre tanto, pese al presupuesto adicional otorgado a este ministerio, los pueblos indígenas de la Amazonía, Chaco y Chuiquitanía, exigen campañas en sus idiomas originarios para enfrentar la pandemia. Sendas cartas enviadas a la presidenta no reciben respuesta alguna.

Referencia:
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2020/4/5/criticas-al-gobierno-por-spot-en-el-que-el-coronavirus-habla-251802.html

Fuente: https://www.primeralinea.info/ministerio-de-la-comunicacion-impresentable/

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