martes, 21 de julio de 2015

COMCIPO: La cara oculta de la conspiración


“Se debe avanzar hacia el ‘federalismo’, un sistema de gobierno que permitirá que las regiones dispongan de sus recursos naturales y puedan lograr beneficios económicos que permitan el desarrollo de los departamentos”. (Jhonny Llally).

COMCIPO: La cara oculta de la conspiración, Por: Idón Moisés Chivi Vargas

Por: Idón Moisés Chivi Vargas, http://www.la-epoca.com.bo.- No hay duda, la movilización potosinista tiene una dimensión durísima con el gobierno, ello necesita una explicación política y un balance de situación que nos permita mirar los horizontes de acción entre gobierno y COMCIPO (Comité Cívico Potosinista).

Y señalo a COMCIPO porque en esta estructura institucional cívica se está diseñando, organizando y ejecutando un plan de acción que responde a dos líneas duras contra el presidente Evo Morales. La primera dirigida desde adentro de Bolivia y que tiene su núcleo duro en Rubén Costas y Adrián Oliva, y la segunda que proviene desde poderosos intereses trasnacionales y chilenos en torno a las aguas del Silala, el litio y la demanda marítima.

¿Cómo llegué a estas conclusiones? Debido a la naturaleza de mi trabajo, monitorear la narrativa política, su estructura discursiva y su trasfondo ideológico, es una cuestión vital para entender desde cerca lo que puede ocurrir para adelante.

Esa técnica de lectura permite visibilizar horizontes tácticos y estructuras estratégicas de grupos de presión que, como en el caso presente (COMCIPO), dicen “representar” intereses departamentales, intereses históricos o simplemente “representar” a la sociedad.

¿Desinterés político?

Mi interés de este modelo de representación proviene, además, porque en el caso del comité cívico de Oruro el 2013 fui víctima -junto a Marcelo Elio- de agresiones por parte de cívicos que dirigidos por la Sra. Sonia Saavedra Dalenz, ahora expresidenta de dicho ente, quien en esos tiempos juró que la movilización (por el nombre del aeropuerto) no tenía interés político, aunque acabó como candidata de Doria Medina (UN) y, finalmente, de UD en Oruro.

Así que la famosa frase de que los cívicos “no representan intereses políticos”, es la más falsa entre las falsas.

Los comités cívicos sí representan intereses políticos y esta primera conclusión nos lleva a otra pregunta, si los cívicos representan intereses políticos: ¿a quiénes representan en realidad?

Desde aquí conviene visualizar el campo político ya que es, en este preciso lugar, donde se encuentra el núcleo del asunto principal, que no se refleja en la versión mediática dominante pues como lo han demostrado Erbol, Fides y Página Siete, su vocación de ser un “Triángulo de las Bermudas” es una constante donde cada día la verdad desaparece en “medias verdades” y opiniones con el rótulo de noticia que es, al final de cuentas, otra falsedad entre las falsedades a las cuales ya nos tienen acostumbrados estos grupos mediáticos. 

Solo para mencionar un grupo sumamente interesante para el análisis académico de las estructuras discursivas ya que no son los únicos ni los más eficaces por si acaso. Son categorías personificadas, como lo plantearía el viejo Marx.

Volviendo al asunto principal, señalaba que “los cívicos”, en cualquier parte del país, representan intereses políticos que se camuflan como intereses regionales, y este ocultamiento, no es un designio divino, sino un hecho cultural con fuerte manejo histórico.

En el caso de COMCIPO el interés histórico se encubre de “federalismo”. Pero hagamos de cuenta que la demanda es honesta y sincera y que en verdad Potosí está abandonada a su suerte. Hagamos abstracción por un momento y vayamos a la lectura constitucional.

Acerca del federalismo

En teoría del derecho constitucional existe un “núcleo pétreo”, ese núcleo se llama Unitarismo, o se llama Federalismo. Hay otras versiones mixtas, pero estas son las formas que -sin ser antagónicas- han merecido una atención política enorme entre los académicos y los políticos. En el caso del Brasil, cualquier reforma constitucional no puede tocar su estructura federal, lo mismo sucede con Argentina y ni que decir de México o los EE.UU. donde el federalismo ha sido producto de guerras intestinas feroces.

Bolivia desde su primera constitución ha cultivado el Unitarismo, tuvo una guerra por federalismo en 1899, ganaron los federalistas pero no hicieron federalismo.

¿Qué pasó? ¿Por qué no hicieron realidad el motivo de la guerra? Por el tremendo temor a la indiada expresada en Pablo Zárate Willca que, en versión organizada y militar, demostró que podía ganar guerras y lo podía hacer incluso al criollaje gobernante. 

En eso, Lucio Pérez Velasco -en representación de los liberales/federalistas- tuvo el acierto de mirar el horizonte histórico, más allá que sus contemporáneos.

El 2007, una versión remozada de federalismo fue presentada por los constituyentes de Santa Cruz ligados a los partidos conservadores. El hecho tuvo que ser estudiado desde una crítica al federalismo que en su versión oligárquica, se había mutado a “Autonómica”. Sin duda era un tema espinoso, pero que fue resuelto por una versión igualitaria de autonomía en rechazo a la versión oligárquica de autonomía planteada por la Nación Camba.

Este recuento histórico es importante porque COMCIPO retoma el modelo autonómico oligárquico/separatista en envase de Federalismo, encubre su rostro y anuncia guerra de posiciones.

Por ello es que detrás de las 26 demandas se encuentran intereses reaccionarios, que tienen sus antecedentes en los famosos referendos autonómicos de Beni, Tarija, Pando y Santa Cruz, donde un poco más y ponen requisitos que tienen la dimensión del pasaporte para entrar en esas regiones.

Y es que el modelo autonómico oligárquico no ha perdido su ímpetu, de hecho las victorias opositoras en Santa Cruz, Tarija y La Paz han reavivado la posibilidad del retorno al neoliberalismo en modelo de “gobiernos departamentales”. 

La reciente aprobación del Estatuto Autonómico de Santa Cruz, no es un hecho aislado, sino parte del conflicto, pues su contenido, al cual le daremos un tratamiento posterior, reproduce de modo disimulado las ambiciones neoliberales y señoriales de los “Cívicos & Terroristas”, un retorno al pasado.

Para lograrlo tienen que estructurar la demanda regional en formato de violencia y descontrol, contar también con aliados deseables que no visibilicen el hecho político de fondo, y vocerías eficaces, es decir, personas con la cualidad del habla que convenzan de un hecho cuando en realidad es otro.

Detrás de la COMCIPCO

COMCIPO desde el 2013 es ese aliado deseable pero que, además tiene un plus: cuenta con el respaldo de intereses chilenos en las aguas del Silala y el litio. La demanda de federalismo, como lo confiesa Jhonny Llally en nuestra cita textual inicial lo dice todo, pero se olvida de señalar temas centrales: ¿Quién va a industrializar el litio? ¿Industria con profesionales bolivianos o empresas extranjeras? ¿Nacionalización o privatización?, esa es la cuestión.

Chile es actualmente la segunda potencia en la explotación del litio al nivel mundial. Uyuni cuenta con la reserva de litio más grande del mundo, por ello cuando en Potosí te hablan de los intereses chilenos no hay nada de fantasía en la denuncia ya que Estados Unidos, Corea del Norte, China y Francia se están disputando el mercado mundial del litio, y en Bolivia ya Jorge “Tuto” Quiroga ha anunciado -en su plan de gobierno- que el litio tiene que ser explotado por “empresas expertas internacionales”, criterio que también comparte Samuel Doria Medina.

Las aguas del Silala, por su parte, tienen que ver con la naturaleza expansionista de la oligarquía chilena y su diplomacia de baja intensidad, otra pieza que no puede dejarse de lado al mirar a COMCIPO y su estructura invisible del poder.

Como se habrá dado cuenta, amigo lector, COMCIPO es un campo de investigación sumamente rico en su horizonte de visibilidad para entender el desarrollo de la derecha en Bolivia.

Nada haría más felices a las transnacionales que, bajo autonomías o federalismos, el país vuelva a ser un pordiosero que pide limosna a la cooperación internacional para pagar aguinaldos.

Esa es la dimensión de la conspiración: Costas, Oliva y Patzi en el lado de las gobernaciones, Leyes, Paz y Revilla en el lado de los municipios, son la primera línea de conspiración en este ensayo de insurrección federalista que se ha bautizado en La Paz, bajo el padrinazgo de Revilla y Patzi. Y que, no por casualidad, recibe el apoyo de Samuel Doria Medina, que se atreve a hablar de una fábrica de cemento en Potosí, cuando este señor privatizó la única Línea Aérea Imperial en 1991, y en el presente no tiene ni su plata en el país, como el mismo lo dijo: “No es tonto para dejar su plata en Bolivia”.

El tiempo electoral ha pasado, los cantos de sirena de los opositores no nos pueden engañar, no podemos pensar en que la derecha pueda nacionalizarse y hacer patria; toda derecha de un país que proviene de una pesada herencia colonial está condenada a rendirse ante el poder de las transnacionales y el imperialismo, es su condición congénita, su pecado original.

La derecha en Bolivia ha comenzado a moverse bajo el manto federalista, Waldemar Peralta, Presidente del Comité Cívico de Tarija, ha anunciado que este departamento será federalista el 2020. ¿De dónde saca esa conclusión? ¿Bajo qué argumentos sostiene su propuesta?

Las trasnacionales con sus amigos cívicos, políticos de derecha, tienen en la mira el petróleo blanco y el gas boliviano, aquí su contradicción principal es la nacionalización y la redistribución de la riqueza.

Chile necesita del litio boliviano, pero un litio en manos de transnacionales pues en el vecino país las ganancias son transnacionales o, como diría Galeano, unos tienen la vaca otros toman la leche.

Así que no nos engañemos con la gente de pueblo reclamando reivindicaciones regionales, son gente ilusa o pagada. No nos engañemos con la capacidad de movilización en la ciudad de Potosí, hoy sabemos que los 40 municipios pertenecientes a 16 provincias de ese departamento no recibieron siquiera una consulta para el pliego petitorio de COMCIPO.

El expediente fácil que pasa por la descalificación pone en evidencia la estrategia cívica de COMCIPO, movilización para generar inflación ideológica antigubernamental.

De manual

La mentira como método, el cinismo y el desprecio como ejes de empoderamiento, la mediatización como estructura de poder comunicacional, y la violencia como acción callejera no son nuevas, las vimos ya el 2006, 2007, 2008 y 2009, son componentes de un manual de conspiración que responde, lo repetimos, a intereses económicos transnacionales con manos chilenas, a las formas organizativas de la nación camba y la oligarquía señorial separatista.

En resumen:
  1. La oligarquía camba (que une a la derecha vendepatria) necesita de modo urgente aliados para hacer avanzar su estatuto inconstitucional y cree que la movilización federalista es el mejor escenario para revertir el poder político de Evo y el MAS, a la vez que piensa revertir la nacionalización como modelo económico nacional y poner en mesa de debate su modelo autonómico oligárquico señorial.
  2. Las transnacionales del litio que tienen poder en Chile ven a Uyuni como fuente de mayor riqueza y requieren aliados que puedan debilitar la nacionalización y la industrialización impulsada por Evo, amén de torpedear a la demanda marítima.
  3. Se vienen días de confrontación entre el poder del pueblo y la dominación imperial y transnacional.
  4. La movilización popular es la salida política, la negociación es la salida administrativa de un conflicto que recién está comenzando a mostrarse en su verdadera dimensión y que será el modelo a seguir para dar peso y estructura internacional a la conspiración transnacional que tiene en Caracas y Guayaquil sus terrenos más fértiles en ejercicios paramilitares y en Buenos Aires y Brasilia sus ensayos legales de golpes suaves.

Finalmente, la política es la guerra continuada por otros medios, y en el caso presente es una guerra entre el viejo modelo neoliberal, señorial, racista y mendigo con un Estado Plurinacional digno que tiene en la nacionalización y la redistribución de la riqueza su modelo político que ya se ha convertido en materia de exportación mundial.

A la hora en que hago el envío del documento los mineros que vienen de Potosí iniciaron la escalada de violencia que es la parte dura del plan de conspiración.

Bolivia, pero principalmente Potosí y La Paz, están siendo víctimas de una aventura chilenófila y neoliberal, otra obra más de los vendepatrias…

Tomado de: http://www.consuladodebolivia.com.ar/

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