Por Ma. Renée Canelas - Los Tiempos - 11/04/2015
José André Montaño, el niño cochabambino - Los Tiempos | Usuario
Al principio, quien comparte unos minutos con él pensaría que se trata de un niño sumamente maduro por los conceptos que lanza cuando es abordado por la prensa; sin embargo, tiene las mismas inquietudes y travesuras de cualquier pequeño de su edad.
Hasta que comienza a escuchar o hablar de la música, su tema favorito; más aún, si empieza a interpretarla. Ahí el niño que cronológicamente lleva, se transforma en un aguerrido concertista que domina varios instrumentos musicales.
José André Montaño ¿será un niño prodigio?
El tiempo lo dirá, mientras tanto el Banco Mundial lo adoptó por unos días invitándolo a dar su primer concierto internacional en el Auditorio Preston del Centro Kennedy de Estados Unidos, en Washington C.D., donde fue aplaudido y elogiado, captando la atención de cadenas televisivas e informativas como la BBC y CNN interesadas en difundir su historia como un ejemplo de vida.
Si uno introduce su nombre para navegar por el ciberespacio, se encuentra con decenas de páginas que lo mencionan, incluida la propia que administra desde su Facebook, con cerca de 3.500 amigos. La ceguera no le ha impedido lograr resultados, afirma Teresa Laredo, quien algunos días le imparte clases de piano clásico.
Esta gran musicóloga, autora de partituras innumerables, concertista, escritora y mujer que a diario revindica los valores de la mujer artista, entrega sus conocimientos a lo largo de todo el mundo. Y en Cochabamba, su tierra natal, José André Montaño ha sido “el elegido”.
Otra amiga, del pequeño jazzista, -considerada por muchos artistas nacionales como una especie de “hada madrina” por sus aportes- es Gladys Corvera, una filántopa boliviana residente en Estados Unidos, que llega anualmente a promover la actividad cultural en sus distintas manifestaciones.
“Tía Gladys” quien otorgó en 2014 a José André, la beca que justamente lleva el nombre de “Teresa Laredo”.
Este año Corvera becó a otro niño músico, considerado prodigioso por las aptitudes y desarrollo que ha logrado con el violonccelo. Se trata de Rafael Taborga, alumno de Jaime Laredo.
Rafael se prepara para continuar sus estudios musicales en el extranjero, debido a que el nivel que alcanzó y la rapidez con la que aprende, pronto serán insuficientes para seguir cultivándose como podría hacerlo en el exterior, donde deberá esmerarse en sus prácticas y estudios para integrar unas orquestas, y ser elegido solista.
Andreas Siles
Una historia similar le tocó vivir a Andreas Siles, otro destacado talento que dejó en Cochabamba el tenis, el colegio, pero sobre todo a su familia, para acceder a una formación superior en estudios de violín.
La Sociedad Austro-Boliviana mantiene un estrecho contacto con la Universidad de Música de Viena, el Instituto Laredo de Cochabamba y la Johann Sebastian Bach Mu- sikschule, red que ha propiciado el envío de varios profesores a Bolivia para dar seminarios de capacitación y beca a Andreas para que pueda seguir formándose como violinista en Viena. Hace poco Andreas estuvo de vacaciones con su familia. Ya no es el pequeño y rubio niño que alternaba las clases de tenis en el Gran Hotel Cochabamba, con sus clases de violín y del colegio Eduardo Laredo. Regresó con pinta de jovenzuleo, con muchas anécdotas sobre su formación.
