jueves, 16 de abril de 2015

Quisbert: “talento de Esmeralda y Ericka surgió gracias a Olimpiadas”

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Ericka (izq) y Esmeralda (der) manipulan el brazo hidráulico que funciona a base de agua y jeringas

Crédito: Foto:Jorge Mamani/Cambio

El profesor Abel Quisbert, que impulsó y dirigió a las niñas Esmeralda Quispe y Ericka Mamani para construir su brazo hidráulico, destacó la enorme creatividad que tienen las pequeñas y afirmó que de no ser por las Olimpiadas Científicas Estudiantiles, las menores dificilmente hubieran podido descubrir sus capacidades.

“Seguramente no se hubiera podido (sin las Olimpiadas), porque el área de robótica no está dentro de las materias que se imparten en clases. Sería bueno que la incluyan porque especialmente en el área rural hay chicos con mucha creatividad”, señaló el maestro, que actualmente regenta el primero de primaria de la Unidad Educativa Franz Tamayo de Ancoraimes, La Paz.

Esmeralda y Ericka ganaron el primer lugar en la categoría de hardware libre, con su brazo hidraúlico, dentro de las IV Olimpiadas Científicas Estudiantiles Plurinacionales celebradas el año pasado en Santa Cruz.

Quisbert, que era profesor de aula de las niñas, cuenta que la historia comenzó cuando asistió a un seminario, brindado por el Ministerio de Educación, sobre robótica.

“Allí nos mostraron los videos de algunos proyectos, entre ellos del brazo mecánico y me llamó la atención, entonces decidí trabajar con mis alumnos, para presentarnos en las Olimpiadas”, cuenta el maestro.

El profesor comenzó a investigar sobre los proyectos de robótica en Internet, sobre todo como hacerlos con materiales reciclables, pues los niños de Ancoraimes no podrían comprar los materiales, valuados en 2.500 bolivianos.

Quisbert entregó las guías a los alumnos, pero la mayoría se desanimó de hacerlos, excepto Ericka y Esmeralda, que sacrificaron incluso sus recreos para construir el brazo mecánico.

“Hicimos cuatro prototipos, uno de cartón e hilo, pero se rompía, otro con plástico pero no funcionaba bien y luego los de madera y jeringas, que hicimos funcionar con agua, ahí si funcionó el brazo”, cuenta Esmeralda.

Los papás de las niñas, pese a ser de escasos recursos, también las ayudaron, aunque no entendían bien que obtendrían al construir el brazo, pero igual las apoyaron.

“Hemos conseguido las maderas, las jeringas y hemos ayudado en lo que hemos podido, porque las chicas estaban bien animadas en construir el brazo”, recordó Dionisio Mamani, papá de Ericka.

Con el brazo hidraúlico listo, las niñas y el profesor Abel llevaron el proyecto a las clasificatorias por departamento de las Olimpiadas.

“Un poco me he sentido triste antes de ganar porque los otros proyectos eran lindos, con materiales comprados”, señala Ericka.

Sin embargo, el esfuerzo de las pequeñas obtuvo el primer premio en las departamentales y fueron a Santa Cruz a concursar en las nacionales, causando gran sensación en el evento.

“Hemos llorado siempre con mi esposa de orgullo, al saber que ganaron en Santa Cruz. No importa que tenga que hacer, voy a trabajar hasta el último para que mis hijos salgan profesionales”, dice orgulloso Cecilio Quispe, papá de Esmeralda.

Más proyectos
Las niñas, que ya pasaron a otro nivel escolar y no cursan clases con el profesor Abel, se fijaron la meta de construir un dinosaurio robot, que funcione con un programa de computadora.

El profesor Abel las asesorará, para lo cual ya está investigando sobre como realizar esta pieza de robótica más avanzada que el brazo hidraúlico.

“Quiero apoyar a las niñas, porque tienen mucho talento, a ellas se les abrió muchos sueños, de hacer robots, autos y ser profesionales por su país, tienen muchos sueños que ojala puedan hacerse realidad”, finalizó el maestro.