miércoles, 28 de agosto de 2013

La expansión económica estimuló los servicios del sistema financiero

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Economía

BANCA    La política económica del Gobierno tuvo éxito en la bolivianización monetaria.

Redacción central / Cambio

La mora bancaria bajó del 10,1% en 2005 al 1,6% a julio del presente año.


Por otro lado, la incidencia de la actividad de servicios financieros en el crecimiento económico no superó ni el 0,5% en ocho años, sólo en 2012 llegó a 0,9%, porque antes de 2005 tenía una incidencia negativa, esto quiere decir que disminuía el crecimiento de la economía. No parece, por tanto, Ríos García un buen economista al afirmar que nuestro crecimiento se debe al sistema bancario, pero sí un buen abogado de los banqueros.

Si bien la actividad de servicios financieros se ha desarrollado desde hace ocho años, y no diez como Ríos menciona —a no ser que la contracción de la actividad de servicios financieros para sus estudios de maestría signifique desarrollo—, la pregunta que debería hacerse es: ¿gracias a qué se ha dinamizado este sector en los últimos años?

Pues bien, la respuesta es sencilla: los ingresos de la población han mejorado gracias a las políticas de incremento de la producción, sociales y redistributivas. Como hay mayores ingresos, la capacidad de ahorro de las personas ha aumentado, por eso los depósitos en el sistema financiero han crecido significativamente, de US$ 3.711 millones en 2005, a US$ 13.545 millones a julio de 2013. Es importante mencionar que en el año 2005 había 1,9 millones de depósitos, mientras que a julio de 2013 había 6,8 millones, y lo más interesante de este dato es que el 87% de éstos corresponde a depósitos menores a US$ 500, es decir que los ingresos de las personas de menores ingresos han tenido una sustancial mejora, pues hoy tienen capacidad de ahorro.

Además, debe destacarse el mayor potencial de pago que tienen los prestatarios, prueba de ello es que la mora del sistema financiero disminuyó sustancialmente, de 10,1% en 2005, a 1,6% a julio de 2012.

De esta manera, el incremento del ahorro en el sistema financiero ha llevado a la dinamización del crédito, hoy los bancos tienen más dinero y por esta razón pueden realizar una mayor canalización de recursos hacia créditos.

Continuando, Ríos señala que el crédito interno crece a un alarmante ritmo que oscila entre el 20 y 25% anual con la bolivianización, o como él lo define el “nacionalismo monetario” como base. Es correcta la apreciación respecto a una política monetaria caracterizada por la bolivianización que ha impulsado el Ministro Arce Catacora desde el año 2006 con bastante éxito, pues a julio de 2013 el 74% de los depósitos y el 86% de los créditos están en bolivianos. Mientras que en 2005 sólo el 16% de los depósitos y el 8% de los créditos se encontraba en bolivianos.

La bolivianización nos ha permitido recuperar la política monetaria, y esto tiene importantes connotaciones para nuestra economía. Por ejemplo, cuando hay inflación, el Banco Central de Bolivia (BCB) contrae la masa monetaria, es decir retira dinero de la economía para poder controlar los precios; o, en su caso, puede aplicar una política expansiva, es decir, aumentar la cantidad de dinero en circulación para evitar una recesión. Este accionar está limitado en una economía neoliberal dolarizada, pues el dólar no es una moneda que producimos ni controlamos; por lo tanto, la cantidad de dólares que se puedan poner en circulación está determinada por el stock de esa moneda en nuestra economía, así como por la evolución de los flujos de comercio (captación de dólares vía exportaciones) y capital. De esta manera es que en una economía dolarizada se renuncia a la libertad de aplicar una política monetaria.

SOBERANÍA MONETARIA

Por lo tanto, la recuperación de nuestra soberanía en la definición de las políticas monetaria, fiscal y financiera ha sido un elemento central en la construcción del Nuevo Modelo Económico Social Comunitario Productivo, impulsado por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Ahora bien, volviendo a la falsa hipótesis del “Error de prescripción”, Ríos García llega a la siguiente conclusión: como el sector bancario financiero es el que explica el crecimiento, “de ahí la intentona pseudo nacionalizadora del sector”. Imagino, ya que no lo dice explícitamente, que se refiere a la nueva Ley de Servicios Financieros, que sepulta a la ley neoliberal de Bancos. Vale la pena aclarar al economista que no ha habido ninguna intentona de nacionalización de este sector. El Gobierno Nacional, de manera muy acertada, ha establecido un nuevo marco jurídico para el sistema financiero, respondiendo al mandato establecido en la Constitución Política del Estado (CPE), que señala que es el Estado el que regula el sistema financiero con criterios de igualdad de oportunidades, solidaridad, distribución y redistribución equitativa; pero además establece que las actividades de intermediación financiera, la prestación de servicios financieros y cualquier otra actividad relacionada con el manejo, aprovechamiento e inversión del ahorro son de interés público.

Hoy es el Estado el que conduce el proceso de planificación económica y social, es el Estado el que dirige la economía y regula los procesos de producción, distribución y comercialización de bienes y servicios, conforme a los principios establecidos en la CPE, para pesar de los neoliberales, que aún sienten nostalgia por aquellos tiempos en los que nuestra economía se sometía a la mano invisible del mercado capitalista.

Por otro lado, Ríos García asevera “que el país sólo importa consumo y encarece la inversión para todo lo que hoy debería estar produciendo precisamente para aprovechar los precios internacionales”. Debo lamentar esta afirmación, pues evidencia un total desconocimiento respecto a la estructura de importaciones de Bolivia, así como respecto a nuestra estructura productiva.

El 78% de las importaciones que se realizaron en el país el año 2012 corresponde a productos intermedios y bienes de capital. Se entiende por productos intermedios a aquéllos que se destinan a la producción de otros bienes. Y cuando hablamos de bienes de capital nos referimos, por ejemplo, a maquinarias que se emplean en la industria nacional. En 2005, el valor de las importaciones de bienes de capital era de US$ 611 millones, mientras que en 2012 este monto ascendió a US$ 2.330 millones.

La importación de bienes de consumo, es decir productos que ingresan a nuestro país para el consumo directo de la población, representó sólo el 21% de US$ 8.281 millones que fue el total de importaciones durante la pasada gestión.

(La parte cuatro de este artículo se publicará mañana).

Nota: Todas las frases entrecomilladas fueron extraídas de manera literal del artículo ‘Bolivia: la débil tesis gubernamental del crecimiento’, del economista Mauricio Ríos García.