martes, 7 de mayo de 2013

Cúpula sindical lanza un globo de ensayo con fines electorales

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Tema del Día

PESQUISA    Analistas advierten que falta de convocatoria para las movilizaciones del ente matriz de los trabajadores se debe a que su demanda tiene un trasfondo político. Ventilan pasado paramilitar de Jaime Solares durante la dictadura.

Redacción central / Cambio


El paro de actividades decretado por la Central Obrera Boliviana (COB) no tuvo la contundencia esperada por su dirigencia, ayer. Las Confederaciones de Maestros Urbanos y Rurales, entre otros sectores que conforman el ente matriz y que suelen ser los que brindan mayor respaldo a este tipo de determinaciones, se mantuvieron al margen.

INFLUENCIA DEL NUEVO PARTIDO POLÍTICO
Para el politólogo Franklin Pareja, esta falta de convocatoria para las movilizaciones se debe a que la demanda de incrementar la renta de jubilación planteada por la COB se basa en aspiraciones políticas.

“Sus aspiraciones son netamente políticas porque ya están hablando de construir un proyecto político”, sostuvo el analista en referencia a la articulación del partido político en el seno del ente matriz, el Partido de los Trabajadores (PT).

“Ésa la razón que provocó la poca fuerza de convocatoria que hubiesen podido tener. Prácticamente están convertidos en un instrumento político más que en una representación gremial”, argumentó.

Este análisis fue apoyado por el jurista indígena Idón Moisés Chivi, quien afirmó que el nuevo partido político tiene una enorme influencia trotskista de la Liga Obrera Revolucionaria Cuarta Internacional (LOR-CI), la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) y Poder Obrero (PO).

“La dirigencia más nítida en este tema electoral es Jaime Solares, que viene impulsando un partido de los trabajadores desde 2003”, sostuvo Chivi.

PASADO PARAMILITAR DE JAIME SOLARES
Chivi reveló que el asesor cobista Jaime Solares tiene un pasado oscuro vinculado a la desaparición de Renato Ticona, quien fue confundido por los militares como dirigente político cuando en realidad era sólo un estudiante de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

El cuerpo del joven, tras ser detenido, torturado y asesinado, desapareció hasta nuestros días, como muchas otras víctimas que perecieron en la dictadura de Luis García Meza, entre ellas el jefe del Partido Socialista 1 (PS-1), Marcelo Quiroga Santa Cruz.

Las pesquisas hacia las implicaciones que habría tenido Solares con la muerte de Ticona surgen desde las declaraciones del ex dictador Luis García Meza desde la cárcel de Chonchocoro, donde reveló que Solares fue un “informante” del entonces Ministerio del Interior, dirigido por el coronel Luis Arce Gómez, y que operaba en la mina de Huanuni.

Varias publicaciones de medios de prensa escrita de abril y agosto de 2004 dan cuenta de la existencia de tres testigos que aseguran haber visto a Solares custodiando a los presos de la dictadura del general Hugo Bánzer Suárez en los campos de concentración de Chonchocoro y Achocalla.

“Una organización social y de derechos humanos dio a conocer que existen tres testigos claves que demostrarán que Jaime Solares fue paramilitar de la Dirección de Orden Político (DOP) en Huanuni y Oruro”, dice una publicación del periódico La Prensa del 18 de agosto de 2004.

Uno de los testigos es Pedro Mariobo, quien entregó una carta pública en la que asegura que Solares fue su carcelero.

Fue tal el revuelo que causó la declaración de García Meza que incluso la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (Asofamd) pidió a la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) que inicie una investigación interna sobre el presunto “pasado paramilitar” del entonces secretario ejecutivo de la COB, Jaime Solares.

Se conoce que éste incluso se comprometió con miembros de la organización denunciante a sostener una reunión aclaratoria sobre el asunto. Sin embargo, jamás llegó a la cita.

De acuerdo con datos publicados en el peridódico La Patria el 18 de abril de 2004, Solares era parte del grupo de trabajo de la (DOP) y del Servicio de Inteligencia del Estado (SIE), donde tenía la chapa de ‘Pinochet’ como nombre de guerra.

El sobrenombre —explica la publicación— le fue atribuido por su actitud bravucona, carácter irascible y soberbio que siempre tuvo.

“Nadie podía decirle nada porque ‘el Pinochet’ siempre tenía la razón y se daba modos para estar a lado y ser recomendado de los jefes, y no escatimaba esfuerzos para quedar bien con ellos”, revela el artículo.

Este mismo accionar acompañó al ex dirigente cuando fue máximo ejecutivo de la COB, en 2004. Prueba de ello es que en ese entonces los sectores afiliados denunciaron actitudes intransigentes y toma de decisiones individuales de Solares durante los conflictos sociales.

“Las aspiraciones de la COB son políticas. La conformación de un proyecto político así lo demuestra.
Franklin Pareja - Politólogo

Advierten que lucha de la COB es sectaria

El analista político Franklin Pareja opinó que “la Central Obrera Boliviana se extravió hace varios años” y que “se encuentra desfasada” debido a que tiene una dirigencia minera que constituye un gran monopolio.

“Lamentablemente la COB no se ha modernizado y sigue teniendo un monopolio dirigencial de mineros”, dijo antes de reflexionar sobre la permanencia de viejos dirigentes radicales como Solares.

Esa visión es compartida por el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, quien manifestó que detrás de la huelga se encuentran intereses personales que tienen que ver con la corriente radical encabezada por el asesor cobista que pretende favorecer con jubilaciones más altas a un pequeño grupo privilegiado de trabajadores (entre ellos el propio Solares, que percibe un sueldo de Bs 15.000, en perjuicio de miles de rentistas que se favorecen con el Fondo Solidario.

Al respecto, el presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, calificó como “egoísta” la propuesta de la COB sobre el incremento de las rentas de jubilación y exhortó a esa organización a la reflexión y a reinstalar el diálogo, para consensuar alternativas viables sobre el incremento de los límites máximos del Fondo Solidario.

“La mayoría de los bolivianos no tiene renta, la mayoría de los bolivianos no tiene jubilación, y lo que ha hecho el Gobierno es crear una renta universal, seas asalariado o no seas asalariado. Si se fijan, ésa la diferencia con los hermanos de la COB, ellos están pensando en beneficiar a unos pocos, el Gobierno está pensando en beneficiar a la mayoría”, expresó.

El viceministro de Pensiones, Mario Guillén, dio a conocer ayer que sólo el 15 por ciento del universo de trabajadores sería beneficiado por la demanda de la COB.

Explicó que son 41 mil personas del sector no minero que perciben un salario por encima de los 10 mil bolivianos, mientras que en el sector minero son casi 5 mil las personas que perciben salarios por encima de esos 10 mil bolivianos, que serían los únicos beneficiados, de acuerdo con la petición de la COB.

“De aquí a diez años ya no habrá plata para seguir pagándoles, entonces serían beneficiados por los diez primeros años y después no tendríamos cómo financiar sus pensiones”, advirtió el Viceministro.

Sobre el asunto, el politólogo recordó que la COB siempre tuvo como principal objetivo la demanda salarial. Sin embargo, “siempre lo hizo con demandas fuera de la capacidad del Estado boliviano”, reflexionó Pareja.

“¿A quién no le gustaría que los trabajadores ganen mínimamente 8 mil bolivianos?”. Yo creo que eso sería una gran conquista. Pero no es una cuestión de querer o no querer, sino de la capacidad económica y financiera que tiene el Estado”, opinó por el politólogo. 

Una disposición de ese tipo —para Pareja— generaría un efecto inflacionario que estaría en contra del equilibrio macroeconómico que tiene el país. Explicó que, por este motivo, esta demanda “no debe ser asumida de manera sectorial”, pues “puede tener un efecto negativo en el resto de la población”.

MINEROS SON UN SECTOR NO REPRESENTATIVO
“En la actualidad, la COB es muy sectaria, sus demandas no tienen eco y no traducen el sentimiento ni las aspiraciones ni demandas de toda la sociedad”, apuntó Pareja antes de mencionar que el sector minero ha sido ampliamente sobrepasado por otros, como los campesinos, indígenas, transportistas, gremialistas, entre otros, que no se aglutinan en la COB.

En una entrevista brindada a Cambio, el ex secretario de Seguridad Social de la COB y minero jubilado Juan Hoyos mencionó que el sector minero representa el 5 por ciento de los trabajadores de Bolivia.

No obstante, el ex dirigente manifestó que la demanda por una mejor jubilación es legítima, ya que el trabajo del trabajador minero es “sacrificado y de constante riesgo”; además que atribuyó a este sector la conquista de un país con democracia.

Al respeto, el analista afirmó que si bien es cierto que la COB vivió tiempos gloriosos de lucha hasta 1982 —año en que se conquistó la democracia en nuestro país— posteriormente a este hito perdió paulatinamente la fuerza de convocatoria con la que nació.

Ante este panorama, el ex ejecutivo de la COB Milton Gómez instó a sus compañeros a sentarse en la mesa del diálogo con el Gobierno, ya que es el único mecanismo para lograr una respuesta favorable a su demanda, a la que calificó como “legítima”.

Él y Hoyos coincidieron en que para este efecto es necesario que ambas partes pongan a consideración estudios técnicos que demuestren la viabilidad de una solución que vaya en beneficio de las mayorías.