jueves, 29 de marzo de 2012

Dan el último adiós a la compositora Norma Méndez de Paz

LA RECONOCIDA COMPOSITORA DEL LIBRETO DE “INCALLAJTA”, LA PRIMERA ÓPERA BOLIVIANA, FALLECIÓ EL LUNES A CAUSA DEL CÁNCER. FUE ENTERRADA AYER 

REDACCIÓN cultura@opinion.com.bo | 29/03/2012 | Ed. Imp.

El velorio de Norma Paz, ayer, en La Capilla de la zona Norte. Fernando Balderrama

Músicos, artistas y gestores culturales despidieron ayer a la destacada compositora cochabambina Norma Méndez de Paz, quien falleció la tarde del lunes a consecuencia del cáncer.

El cuerpo de la autora de “Incallajta”, la primera ópera boliviana, fue ayer por la tarde enterrado en el Parque de las Memorias de Sacaba, luego de ser velado en La Capilla por su familia y personalidades del ámbito cultural.

Muy compungido por la irremediable pérdida, su hijo Alfredo Paz manifestó que la compositora, esposa del reconocido barítono Gastón Paz Zegarra, falleció a los 72 años y que deja un amplio legado musical y literario.

El músico Augusto Guzmán señaló que uno de los últimos trabajos en bien del arte que cumplió la autora del libreto de “Incallajta” (la música le pertenece a Atiliano Auza León) fue su amplia colaboración en la reposición de la pieza.

Con gran éxito de público y crítica, en septiembre 2010 y como homenaje al Bicentenario de Cochabamba, la primera ópera del país fue reestrenada por la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, un cuerpo de baile y Gastón Paz.

“Norma Paz nos ayudó a realizar nuevamente la investigación que ella ya había hecho hace 30 años, en cuanto por ejemplo al vestuario. Hicimos también todo un trabajo para el libreto”, recordó Guzmán.

Rememoró, asimismo, la labor de Paz en cuanto a gestión cultural en ciudades como La Paz.

“Norma colaboró muchísimo al desarrollo de la música, especialmente a la ópera desde la década de los 80, cuando ella era presidenta de la Sociedad Filarmónica de La Paz. Se han hecho un montón de óperas allá, promovidas por ella desde la Sociedad que presidía”, dijo Guzmán.

“INCALLAJTA” fue calificado en varios medios impresos del año de su preación (1980), no solo “como uno de los eventos más importantes”, sino “el más importante” en el panorama escénico musical boliviano.

Tres décadas después, un grupo de artistas y gestores culturales, apoyados por entidades públicas y privadas, asumieron el desafío de reponer la pieza que narra el amor de una pareja de indígenas en tiempos del incario.

El emprendimiento fue de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, con Norma Paz como coordinadora general.

Participaron Gastón Paz (en el papel del Inca Soberano), Ricardo Estrada (Qolqe Ñawi), Judith Carmona (Mama Sonqo), Paola Alcócer (K’ori Tika), Israel Alarcón (Mosjo Uma) y José Coca (Laecka); un potente coro de más de 40 integrantes y el cuerpo de baile de la academia Vidanza.

La dirección general estuvo a cargo del maestro Augusto Guzmán.