http://www.la-razon.com/nacional/Haremos-campana-internacional-acullico_0_1542445772.html
Autoridad. El canciller David Choquehuanca está seguro de que
Bolivia obtendrá apoyo para que prospere su denuncia ante la Convención
de 1961 en defensa del acullico.
— ¿Por qué Bolivia ha recurrido con más fuerza a la defensa del acullico en las Naciones Unidas?
— Es que la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes), organismo que tiene la responsabilidad de vigilar el
cumplimiento de la Convención de 1961 (sobre estupefacientes), todos los
años hace un informe donde advierte a todos los países de que Bolivia
está violando una Convención. Eso sucede todos los años. El
incumplimiento de una Convención, después, nos puede traer
consecuencias. Los estados pueden adoptar ciertas medidas que pueden
perjudicar al país.
— ¿Bolivia tendrá que ir a las Naciones Unidas a explicar el motivo de su reserva?
— Vamos a ir y estamos obligados a hacer una campaña internacional (por
el acullico). Las mismas NNUU necesitan conocer los puntos de vista,
las justificaciones, las fundamentaciones para tomar una posición. Hay
varios países de Europa que nos han recomendado que hagamos una gira
para explicar sobre la hoja de coca. Necesitan saber más sobre este
vegetal, que tiene cualidades alimenticias, medicinales y la usamos
dentro de nuestras prácticas espirituales.
— ¿Cómo fue que Bolivia llegó a denunciar la Convención?
— No teníamos otra opción. En 2009 el presidente Evo Morales solicitó
una enmienda para corregir el error de prohibir el acullico, pero fue
objetada por 17 países en 2011. Considero que en esto ha habido
posiciones políticas de algunos estados que han objetado la aplicación
de la enmienda. Nuestra Asamblea Legislativa elaboró una ley para que
nosotros nos salgamos de la Convención, con una denuncia, antes del 1 de
julio que surtió efecto después de seis meses, es decir, el 1 de enero
de 2012. El 28 de diciembre, el Presidente solicitó su readhesión a la
Convención de Naciones Unidas con una reserva sobre nuestra práctica
ancestral del acullico. Solicitamos nuestra adhesión porque no es
nuestra intención estar fuera de la Convención, queremos ser parte de
ella.
— ¿Qué bases tiene Bolivia para sostener su defensa del acullico de la coca?
— Primero, hay que hacer notar que hay una contradicción entre las
Convenciones de 1961 y 1988. La del 61 prohíbe el masticado de la hoja
de coca y, por otro lado, la del 88 permite los usos tradicionales,
donde se pueda demostrar evidencia histórica. Nosotros podemos demostrar
mil evidencias históricas. Hasta las piedras están acullicando. Hay
fotos de Tiwanaku donde las piedras están con su hoja de coca,
acullicando.
— ¿Hay sustento de otros documentos para esta defensa?
— En la carta de adhesión sostenemos que hay reconocimiento a la hoja
de coca y sus prácticas tradicionales, ancestrales y medicinales en cada
una, por su parte, como la Declaración de las NNUU sobre Derechos de
los Pueblos Indígenas, aprobada en 2007; la Convención sobre la
Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales
(2005); el Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas, Tribales y Países
Independientes de la Organización Internacional del Trabajo (1989); la
Declaración de la Unesco en favor de la Cosmovisión del Pueblo Kallawaya
como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad (2003); y el Foro
Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas en su 8° y
9° periodo de sesiones entre el 2009-2010, entre otros.
— ¿Cuál es el fondo de esta denuncia?
— Lo que estamos pidiendo es que no podemos prohibir el masticado de la
hoja de coca en nuestro país, ni ir en contra de nuestra cultura. Un
pueblo que no hace respetar su cultura está predestinado a perecer. Un
árbol sin raíces se muere y la coca es parte de nuestras raíces
culturales. Tenemos la obligación, pienso que ningún boliviano va a
permitir que se atente contra nuestra cultura. Nosotros (como Bolivia)
no queremos afectar el espíritu de la Convención, como han querido
interpretar algunos países. Lo único que pedimos con la solicitud de
enmienda es que Naciones Unidas pueda corregir esta injusticia.
— Algunas autoridades de la JIFE visitaron Bolivia, ¿de qué hablaron con el Gobierno?
— Les aclaramos que la Convención de 1961 establece que está permitido
el uso de la hoja de coca cuando se trata de fines medicinales y
científicos. Les dije que yo utilizo la hoja de coca con fines
medicinales, así como muchas familias. Acullico cuando tengo dolor de
estómago y eso no me lo pueden prohibir. Hay muchas contradicciones en
las actitudes que toman los de la JIFE. Consideramos que ese organismo
necesita tener mayor información.
— ¿Bolivia tiene que esperar que los 184 países miembros decidan si vuelve a la Convención o la rechazan con la enmienda?
— La readhesión ya no depende de nosotros, tenemos que esperar un año
para que los países miembros de la Convención puedan manifestarse. Pero
tenemos la esperanza de que los estados nos permitan ser parte de la
Convención.
— ¿Tendremos éxito?
— Pienso que nos va a ir bien porque los países saben que tenemos
nosotros la razón. Varias naciones europeas nos han recomendado que
hagamos una campaña para hacer conocer esta realidad porque se
desconoce.
— ¿Bolivia está fuera todo este año de la Convención?
— Nuestra ley dice que el Estado Plurinacional de Bolivia, en el marco
de su Constitución Política del Estado, cumplirá plenamente con los
términos acordados en la Convención Única de Naciones Unidas sobre
Estupefacientes de 1961, la misma que fue enmendada por el Protocolo de
1972, hasta que entre en vigencia la nueva adhesión. Es decir que, según
los términos de esa Convención, vamos a esperar un año para que los
países se puedan manifestar. Son más de 60 que tendrían que pronunciarse
en contra.
— ¿Qué pasará si no hay respaldo de los Estados a Bolivia?
— Hay varias declaraciones internacionales de respaldo a Bolivia, como
la Cumbre de Mercosur de 2009, que reconoce que el masticado de la coca
es una manifestación cultural, ancestral del pueblo de Bolivia que debe
ser respetado por la comunidad internacional. No estamos solos. También
se han manifestado los países de Unasur; de la Cumbre de América del
Sur-África; de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobiernos; de la Comunidad Andina, de las visitas bilaterales de
diplomáticos, así como de las 119 naciones de los Países No Alineados.
Por eso, tenemos la esperanza de que la comunidad internacional va a
permitir que Bolivia pueda ser miembro de la Convención, pero con la
reserva que defiende nuestra cultura.
— ¿Cuál será el método que utilizará el Gobierno?
— Haremos una gira por Europa. Pero ya nosotros, permanentemente, todas
nuestras misiones aprovechan todo encuentro, como cumbres
internacionales. Hay hasta declaraciones firmadas por los presidentes.
Nosotros planteamos, exponemos y después ellos toman una decisión.
Además, estamos elaborando un material didáctico donde haya toda la
información sobre la coca, muy amplia donde seguramente participarán las
mismas organizaciones con algunas entrevistas.
— ¿Desde cuándo empezará la gira que usted anuncia?
— Nosotros estamos en trabajo permanentemente, no estamos descansando.
Cuando voy a algún viaje o lo hacen nuestros altos funcionarios, estamos
planteando el tema. No es una gira específica para este cometido. Yo
tengo varios visitas pendientes como a Vietnam, Sudáfrica, Corea del
Sur, India y en todos estos viajes abordamos temas bilaterales y
multilaterales. Uno de los temas es éste, el de la hoja de coca.
— ¿Se llevará la hoja sagrada a los países?
— Sí, además, en nuestras embajadas, instaladas en todos los países
amigos, tenemos la hoja de coca y la invitamos. Muchos saben que no es
dañina.
— ¿Y cómo trasladan la coca? ¿Acaso dentro de la maleta diplomática?
— La hoja de coca se traslada solita, es mágica. La maleta diplomática
no es para eso, su uso está reglamentado. Yo no llevo, pero cuando
viajo, me esperan con la hoja de coca.
— ¿Preocupa al Gobierno de que se reduzca el apoyo económico de algunos
organismos porque Bolivia no está dentro de la Convención?
— Hasta ahora no lo he visto en ninguna de las conversaciones que tengo
con algunas autoridades, ministros, cancilleres o altos funcionarios.
La misma organización de Naciones Unidas ha manifestado que nosotros
hemos encontrado una forma creativa de una salida a este problema y que
estamos haciendo uso.
— ¿Qué esperan de la posición de Estados Unidos?
— Estados Unidos ha hecho declaraciones en medios de comunicación que
ellos respetan el acullico. Esperamos que sean consecuentes con la
posición que han sustentado sus autoridades. Lo único que pedimos
nosotros es que se nos permita acullicar, ejercer nuestra práctica
ancestral que está en la misma Convención. Sería un error histórico si
el acullico se prohíbe.
— ¿Cómo percibe usted a la comunidad internacional sobre la coca y el narcotráfico en Bolivia?
— Lamentablemente la comunidad internacional necesita mayor información
sobre nuestra hoja ancestral. En Brasil estuvimos con la hoja de coca y
luego de que apenas se metieron a la boca una hoja, ya querían volar
(risas).
— ¿Quizás es por desconocimiento?
— Hay desconocimiento. Por eso es muy importante que la Organización
Mundial de la Salud (OMS) pueda difundir las investigaciones que se han
realizado sobre la coca y sus beneficios. Queremos que la OMS realice o,
en su defecto, acompañe una investigación científica sobre los
beneficios y cualidades alimenticias y medicinales de la hoja de coca.
Perfil
Nombre: David Choquehuanca
Nació: 07-05-1961
Profesión: Pedagogo
Cargo: Canciller de Bolivia
Experto en la cultura indígena
Nació en la comunidad de Cota Cota Bajo (Huarina, provincia Omasuyos
del departamento de La Paz). En la década de los 80 comenzó a participar
en procesos sociales y políticos. En La Paz, estudió en la carrera de
Filosofía de la Escuela Normal Superior Simón Bolívar. Empezó a apoyar a
las organizaciones del movimiento campesino. Especializado en derechos
de los pueblos indígenas, en 1985 accedió a una beca para estudiar en la
Escuela Nacional de Formación de Cuadros Niceto Pérez, en Cuba. Fue
asesor de diputados indígenas. En 1990 efectuó un posgrado de Historia y
Antropología en la UMSA. Es Ministro de Relaciones Exteriores desde
2006.
Convenio ignora una costumbre boliviana
El canciller David Choquehuanca lamentó que la Convención Única Sobre
Estupefacientes, aprobada por las Naciones Unidas (NNUU) en 1961, haya
sido redactada sin conocer las costumbres de las naciones asociadas al
organismo internacional. Hace 50 años se aprobó en Nueva York esta norma
que incluye una lista donde incorpora a la hoja de coca como un
estupefaciente. Además, da un plazo de 25 años para acabar con el
acullico. “La Convención ha sido elaborada desconociendo las realidades
de nuestros países.
En este caso, esta Convención atenta contra la
cultura de nosotros los bolivianos”, sostuvo la autoridad.
El Canciller lamentó que el Convenio haya sido ratificado por Bolivia
en 1975, durante la dictadura de Hugo Banzer, en un ambiente donde,
dijo, no se defendían los derechos e intereses del país. “Por eso en la
dictadura de Banzer se ratificó la Convención, sin contemplar ninguna
reserva respecto del acullico de la coca. Ahí estuvo el error”,
ratificó. Aclaró que después de ese paso, ningún gobierno democrático
tuvo el interés de corregir este “error” de la Convención de 1961 y de
la dictadura de Banzer.
Choquehuanca recordó que en
la Convención de las NNUU contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y
Sustancias Sicotrópicas, aprobada en 1988, se reconoció la dimensión
histórica de la coca. Para el Canciller, lo que Bolivia solicitó al
practicar la denuncia sobre la Convención (en julio de 2011) y solicitar
adherirse con una reserva (29 de diciembre de 2011), es la armonización
de la Convención de 1961 con la de 1988.
El artículo
49 de la norma, que fue aprobada en 1961, indica que “la masticación de
la hoja de coca quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la
entrada en vigor de la Convención”. Entre tanto, el artículo 14 de la
Convención aprobada en 1988, señala que se adoptarán medidas adecuadas
para evitar el cultivo ilícito de las plantas que contengan
estupefacientes, tales como los arbustos de coca, pero respetando “los
usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista la evidencia
histórica”.
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