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El artículo pone al descubierto la habilidad de Jorge (Tuto) Quiroga
para enturbiar la realidad tratando de armar una historia falsa con
hechos reales, pero inconexos, sobre la candidatura del presidente Evo
Morales.
Juan Carlos Zambrana Marchetti
El 6 de noviembre de 2013, el ex presidente de Bolivia Jorge (Tuto)
Quiroga presentó sus acusaciones contra el gobierno del presidente Evo
Morales en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la
OEA y luego hizo una presentación sobre su denuncia en las oficinas del
Diálogo Interamericano.
Al entrar se abrazó con Rónald MacLean, el ex alcalde de La Paz por el
partido del general Hugo Banzer Suárez. Entre los presentes se
encontraban miembros del cuerpo diplomático acreditado en Washington DC y
organizaciones internacionales, así como personeros del Departamento de
Estado, incluyendo el ex embajador en Bolivia David Greenlee.
Esencialmente, la denuncia es por la posible candidatura del presidente
Morales, lo que Quiroga llama un tercer mandato presidencial que no está
incluido en la Constitución.
Para justificar su acusación, cita el antecedente del presidente peruano
Alberto Fujimori en el año 2000 por intentar un tercer mandato, en cuyo
caso la Comisión de Derechos Humanos se pronunció.
En primer lugar, olvidó que el gobierno de Fujimori fue un gobierno
criminal contra el cual cualquier organización defensora de Derechos
Humanos debía haberse pronunciado, no siendo ese el caso del presidente
Morales.
Con respecto del supuesto ‘tercer’ mandato de Morales, lo que Quiroga
jamás puso en perspectiva fue que el Presidente no terminó su primer
mandato porque Podemos —el partido conservador del propio Quiroga, ahora
convertido en denunciante y que en ese momento controlaba el Senado—
cometió el infantil error de cálculo de intentar frenar el proceso de
cambio proponiendo y aprobando un referéndum revocatorio que el
presidente Morales terminó ganando y que le renovó por cinco años su
inconcluso primer mandato, referéndum que ahora Quiroga se empeña en
llamar ‘la segunda elección de Morales’.
Entre su sarta de acusaciones no perdió la oportunidad de acoplarse a la
retórica de los halcones republicanos vinculando arbitrariamente a
Bolivia con Irán. “El MAS (partido del presidente Morales) sólo hace
elecciones como Irán, elecciones por el ayatolá. Y tu votas sí, pero
sólo si el Ayatolá dice sí”.
Dijo que el ex prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, preso por la
masacre de Porvenir, tenía cáncer en “uno de los hígados”, lo cual causó
un rumor en la habitación. Uno de los presentes lo corrigió
discretamente y él pidió disculpas reconociendo que tenemos sólo un
hígado.
Para respaldar su versión de que estaba siendo enjuiciado por razones
políticas, se estrelló contra el fiscal general de Bolivia, Ramiro
Guerrero: “El Fiscal General del MAS estaba en la constituyente por este
partido. Cuando estaban en Sucre no querían a Sucre como capital y hubo
violencia, y murieron cuatro personas jóvenes. El tipo estaba ahí, en
la constituyente. Supuestamente tenía que investigar eso, pero nunca lo
hizo, pero a mí me quiere apresar. Me llamó cadáver el otro día”, dijo.
La sevicia de este señor es alarmante porque da la impresión de que el
Fiscal General de Bolivia es responsable de las muertes en Sucre o que
las encubre, cuando en realidad los agresores fueron las hordas de la
derecha radical, atacando a los campesinos indefensos y a los policías
que trataban de proteger a los constituyentes.
Engaña también al decir que Guerrero lo llamó cadáver, porque sugiere
una muerte anunciada, lo que implicaría una seria amenaza de muerte. Lo
que en realidad dijo Guerrero la semana pasada fue que Quiroga es un
“cadáver político”, en referencia a su total irrelevancia política, al
representar a la extrema derecha heredera de la dictadura del general
Hugo Banzer, en momentos en que el pueblo boliviano está embarcado en la
construcción de una sociedad más justa e incluyente.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, le hizo la
primera pregunta, “¿es usted una voz solitaria en Bolivia... o hasta qué
punto la gente comparte su opinión?” Entre otras cosas, Quiroga dijo
estar frustrado con algunos que se llaman oposición porque cuando
estaban enjuiciando a otros no dijeron nada, conformándose con la opción
de ganarle a Morales en las elecciones, “lo cual está bien.
Probablemente tengamos que hacer eso. Vamos a tener que hacer eso, pero
lo primero que hay que hacer es denunciar cuando están tratando de
robarla”.
Recordó que Lula, en Brasil, respetó los dos mandatos, que también
Uribe, en Colombia, y que incluso Chávez tuvo que cambiar la
Constitución para legalizar su tercer mandato, cosa que no ha hecho el
presidente Morales. “Dicen que tienen el apoyo de las encuestas, lo que
sea, pero la verdad es que si tuvieran hubieran aprobado la enmienda. La
verdad es que no tienen el 51 por ciento. Ellos lo saben y por eso no
lo hacen... Es frustrante ver cómo enjuician a todos los que son una
oposición real”.
Este señor delira con ser una oposición real. Aparentemente, la
ubicación y el cálculo no son parte de sus talentos. Lo que sí tiene es
sevicia y oportunismo para tratar de hacerse relevante en Estados
Unidos, coqueteando con la extrema derecha que trabaja para derrocar a
Morales por cualquier medio. Llegado el momento, tuve la oportunidad de
hacer una pregunta.
“Mi nombre es Juan Carlos Zambrana, soy escritor y analista político.
Antes de hacer mi pregunta, quisiera hacer un comentario sobre la
pregunta de Michael, si Bolivia está de acuerdo con lo que el señor
Quiroga acaba de decir. La respuesta es ¡no!, porque los índices de
aprobación que tiene el presidente Morales son el sueño de cualquier
otro presidente en la región, y su mayoría parlamentaria de dos tercios
en el congreso muestra lo que Bolivia cree y piensa. Entonces, yo
pudiera darle respuesta a cada una de las acusaciones que acaba de
hacer, pero no quiero destrozarle su evento, así que le voy a hacer sólo
una pregunta. La justicia Boliviana lo está enjuiciando por enormes
daños económicos a la nación, en la firma de contratos con las
transnacionales petroleras que condujeron a la ‘masacre de octubre’ 2003
y en busca de las responsabilidades, el ex presidente Gonzalo Sánchez
de Lozada ha dicho que él tuvo el infortunio de tener que lidiar con un
acuerdo que fue hecho por la anterior Presidencia. Yo sé que usted ha
dicho que no firmó el contrato, entonces mi pregunta es muy simple:
¿condujo su gobierno negociaciones con Pacific LNG, la corporación
(Consorcio) que trató de exportar el gas a Estados Unidos y México, a
precios tan bajos que fueron considerados saqueo, y si no usted,
personalmente, alguna gente en su gobierno?”
Nuevamente su respuesta fue larga y de contenido tan diverso como
irrelevante, pero, separando la paja del trigo, esencialmente dijo:
“Necesitábamos diversificar el mercado, yo hice lo que hace un
Presidente, negociar hasta donde se pueda y después que continúe el
otro,... y con respecto al juicio, yo voy a estar ahí el lunes, si me
quieren arrestar aquí estoy.... El juicio que tengo dice que 80
compañías firmaron contratos. Fiscal Guerrero, ¿usted sabe lo primero
que hizo? Sacó a todas las corporaciones del juicio. El único que queda
es Quiroga”. Al decir eso, Quiroga que trató de desubicar a la audiencia
de la realidad incuestionable, de que las transnacionales son entidades
de lucro, y que, en un saqueo, el delito lo comete el gobierno títere
del país pobre que traiciona a su pueblo para permitir ese saqueo.
“De los contratos que yo hice, el único bloque relevante fue el bloque
Aquío”. Acto seguido, Quiroga anunció que iba a mostrar un video del
presidente Morales regocijándose por los resultados del bloque Aquío,
pero en su preámbulo le advirtió al público que el Presidente hablaba
mal, que rara vez se le entendía, pero que en ese video había hablado
claro.
Después de mostrar la parte que le interesaba, apagó su tableta en la
que mostraba el video e hizo un comentario burlón: “Esto sigue por una
hora”. Con eso provocó algunas risas entre la audiencia, y preparó el
terreno para el cierre de su show. “Yo he sido acusado de haber
exportado el gas sin autorización del congreso en 2001, y aquí está él
(Morales) en 2011, regocijándose. Alegría y emoción para ellos, para
Quiroga imputación y persecución, por el mismo lugar exacto. Esa es la
estatura de la justicia que ahora nosotros tenemos que enfrentar en
Bolivia.”
Sin duda alguna, Quiroga tiene la habilidad de manejar las palabras para
enturbiar la realidad. Respondió a mi pregunta tratando de armar una
historia falsa con hechos reales pero inconexos para evadir el meollo
del problema.
Su delito es haber firmado ese contrato sin la aprobación del congreso, y
el enorme daño económico radica en el precio, no en el lugar ni el
nombre del bloque, o de la concesión, ni del pozo.
Si diez años después, en el año 2011, el presidente Morales se
regocijaba junto a su pueblo por la confirmación de las reservas de gas
recientemente descubiertas en ese bloque, después de nuevas
negociaciones e inversiones, es simplemente porque con la
nacionalización que hizo el gobierno de Morales, los porcentajes de
participación para el pueblo boliviano se multiplicaron de tal modo que
ya no se considera un saqueo.
Quiroga cree que tiene la habilidad de convencer con información
incompleta e inconexa. Puede ser que lo logre en Estados Unidos, pero
dudo que pueda engañar a los bolivianos que conocen perfectamente la
historia boliviana.
Su show en Washington, obviamente, tuvo objetivos políticos más que
argumentos legales. En términos generales, tanto Quiroga como quienes le
rieron sus burlas al presidente Morales demostraron un indisimulable
racismo además de clasismo que les generaba un notorio desprecio por el
gobierno popular de los bolivianos.
Tanto enervó Quiroga a su audiencia, que el ex embajador Timothy Towell,
quien también fuera cónsul en Cochabamba, y director de Usaid en La
Paz, dijo en referencia al presidente Morales. “Toda su gente cocainera
tiene acuerdos con la gente que trafica cocaína a Brasil”... “what kind
of badass is this guy?, grosería que se traduce como “¿Qué clase de
bestia es este tipo?,” pero con una connotación de vulgaridad que se
entiende como “¿Qué clase de gente es este tipo?” Todos ellos
demostraron padecer de un severo etnocentrismo que les impide respetar o
reconocer virtud alguna en indígenas y mestizos que consideran
inferiores. Un espectáculo deplorable.
“(Evo Morales)... estilo Fujimori, está buscando el tercer mandato consecutivo a través de su Tribunal Constitucional.
Jorge Quiroga -
Ex presidente de Bolivia
“Olvidó que el gobierno de Fujimori fue un gobierno criminal, no siendo ese el caso del presidente Evo.
Juan C. Zambrana -
Escritor y analista político
DISCURSO FUE MÁS POLÍTICO QUE LEGAL
En términos generales, tanto Jorge Quiroga como quienes le rieron sus
burlas hacia el presidente Morales demostraron un indisimulable racismo
además de clasismo que les generaba un notorio desprecio por el gobierno
popular de los bolivianos.