Goni responde, por primera vez, después de la Guerra del Gas
Once años, seis meses
y 25 días pasaron desde el 17 de octubre de 2003, cuando Gonzalo
Sánchez de Lozada escapó de Bolivia. El 14 de mayo, Goni fue fustigado
por abogados de las víctimas, en el juicio civil que se le sigue en
Estados Unidos.
Vestido
con un saco azul marino, corbata celeste cielo y el cabello blanco,
casi como su camisa, el expresidente de Bolivia tuvo que sentarse
durante siete horas a contestar a nueve abogados respecto de la masacre
de octubre, que costó la vida de 58 personas. Eso sí, el exmandatario
negó contestar muchas preguntas y, en algunos casos, dijo que se olvidó.
Ante él también estaba Teófilo Baltazar, representante de los
familiares fallecidos aquel mes de 2013. Su esposa murió tras recibir un
impacto de bala, mientras estaba sentada en un sillón.
Antes, el viernes 19 de diciembre de 2008, Goni también se vio con
otros familiares de las víctimas de la Guerra del Gas; pero, entonces,
sus abogados hablaron por él y la audiencia (a la que también acudió su
exministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín) duró poco menos de dos
horas. Aquella vez, Sánchez de Lozada tenía el rostro tranquilo, según
los presentes. En mayo estaba nervioso.
REUNIÓN
La cita se llevó a cabo el jueves 14, a las 10.30, en una de
las salas del bufete legal Akin Gump Strauss Hauer & Feld, ubicado
en el piso diez del edificio que está marcado con el número 1333, de New
Hampshire Avenue.
El
encuentro, como señala el abogado de los familiares de las víctimas de
octubre, Rogelio Mayta, es parte del proceso civil que se le sigue a
Goni en Estados Unidos.
El exlíder del Movimiento Nacionalista Revolucionario está procesado
por su participación en asesinatos extrajudiciales, crímenes de lesa
humanidad y homicidios culposos. Las víctimas solicitan una
indemnización.
No había
ningún juez presente en la interpelación, pero toda la sesión (siete
horas separadas en dos días) se encuentra grabada en un video. La Razón
accedió a parte de estas imágenes que están publicadas en la página web.
Durante el interrogatorio, los abogados de los familiares hicieron
énfasis en distintos momentos del segundo mandato de Sánchez de Lozada.
El expresidente no estuvo solo. Fue acompañado por Ana Reyes, su
abogada. Ella, que es una de las más reputadas juristas en el país del
norte, se dirigía a Sánchez de Lozada como “Mr. President”.
Pero, según comenta Mayta, Reyes no se amilanaba a la hora de ordenar a Goni qué decir y qué, no.
Además de ella había otros tres colaboradores que se colocaron en el bando de Goni. Su equipo lo acompañaba en todo momento.
Debido a las restricciones del proceso no se pueden publicar detalles
del juicio; pero, Sánchez de Lozada optó por negarse a responder o
alegaba desconocimiento. Otras preguntas sí respondió, pero son secreto
de sumario.
La abogada
Beth Stephens, que también estuvo presente en el interrogatorio, es
optimista porque el proceso siga su curso, aunque va despacio. Dice que
habrá más declaraciones y Goni seguirá en el sillón de los acusados.
“No importa cuánto tiempo pase”, él debe ser castigado, sostiene Teófilo Baltazar... sus palabras suenan a una premonición.
El equipo de la defensa
Abogados
Judith Brown Chomsky y Beth Stephens del Centro Para Derechos Constitucionales.
Steven Schulman, Maka Y. Hutson, de Akin Gump Hauer & Feldllp.
Tyler Gianni, y Susan Farbstein, de la Clínica del Programa de Derechos Humanos Escuela de Leyes Harvard.
Thomas Becker Bain, Jr. consultante.
Consultores bolivianos Rogelio Mayta y Mónica Mendizábal.
Nosotros vamos batalla por batalla
En 12 años de juicio, hasta ahora, jamás Sánchez de Lozada se había
visto obligado a estar sentado en el banquillo de los acusados. Tampoco
fue obligado a confrontar a sus víctimas, cara a cara, verlas de frente.
Y, mucho menos, se ha visto sometido a un interrogatorio en el que deba
responder a preguntas respecto a su accionar. Él debía explicar cosas
que eventualmente, probablemente no hubiera querido. Éstas son algunas
razones por las cuales lo sucedido en mayo es histórico.
Hay que aclarar que el procedimiento civil en Estados Unidos difiere
del boliviano. Se trata de una audiencia muy particular la que hemos
llevado adelante; no hay un juez presente y se graba toda la audiencia
en un video que tiene plena validez durante el proceso. Es como realizar
una declaración jurada.
El proceso, repito, es diferente. Los demandantes, en este caso
nosotros, teníamos derecho a siete horas de interrogatorio. Hemos usado
las siete horas y no nos han querido regalar más tiempo. Han sido
prácticamente dos días de declaraciones.
De acá en adelante no sabemos cuánto tiempo durará el juicio contra Sánchez de Lozada, porque es difícil calcularlo.
Cuando empezamos la acción penal, en el juicio de responsabilidades,
estábamos esperanzados en que sean tres años, como dicen las normas,
pero el proceso se ha estirado como un elástico y hemos terminado el
juicio en ocho años. Además solo se ha podido concluir el proceso por la
tenacidad de la gente.
En la acción civil nos dijeron que el proceso iba a durar menos tiempo
por la efectividad del sistema de justicia de Estados Unidos. Pero
nosotros hemos visto que tampoco ocurre eso porque cuando hay poder
económico, contactos políticos, igual se pueden dilatar las cosas.
Hablamos de un tiempo indeterminado y nosotros tenemos un horizonte estratégico y claro: Vamos batalla por batalla.
Rogelio Mayta Mayta
es abogado de los familiares.
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