lunes, 20 de abril de 2015

Etienne Lavigne: ‘Será un Dakar extremadamente diferente de un país a otro’

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La prueba de 2016 irá del Pacífico peruano a la altitud boliviana y luego a las duras tierras argentinas
Etienne Lavigne.
Etienne Lavigne. Foto: Alejandra Rocabado.

La Razón (Edición Impresa) / AFP / París - 00:12 / 20 de abril de 2015

Es el motor y cerebro de la carrera más famosa del mundo, el Dakar. El director de la prueba y el presidente de la ASO, el francés Etienne Lavigne, explica acerca de las características y las trampas de la prueba de 2016. Destaca que el objetivo es que cada año se renueve, por ello se dejó Chile y se regresó a Perú.
— ¿Cómo reaccionó la organización ante la renuncia de Chile, uno de los pilares del Dakar sudamericano desde que éste llegó en 2009? 
— Habíamos trabajado con un escenario que implicaba Chile, Perú, Bolivia y Argentina. Desgraciadamente, Chile vivió hace unas semanas en la zona del Atacama, que conocemos bien desde hace años que estamos con la competencia, riadas de barro y agua que devastaron muchas infraestructuras y causaron muchos dramas. Obviamente, no podían recibirnos en el calendario previsto y, de común acuerdo, hacemos una pausa, somos solidarios.

— ¿Tuvieron que improvisar sobre la marcha?
— Como cada año, prevemos varios escenarios-países. Vamos a consultar a las naciones que pueden recibir al Dakar si les interesa. Chile tardó mucho en responder y después vivieron esas catástrofes naturales. Por eso hemos reorganizado el recorrido para 2016 con los países que ya habían dicho que sí: Perú, Bolivia y Argentina.

— Perder el Atacama chileno para la carrera, ¿es un golpe duro?
— El Atacama es el corazón del Dakar sudamericano, muy espectacular, con construcciones de dunas muy diferentes a las que tendremos en Perú. Hubo bellas batallas allá. Lo vamos a lamentar, eso seguro, sin embargo la pausa chilena es eso, una pausa.

— ¿Cuál será la particularidad de este Dakar 2016?
— Es un cóctel en tres etapas. Un Dakar en forma de tríptico geográfico, climatológico y de conducción, extremadamente diferente de un país a otro. Va a exigir un gran sentido de la adaptación a los participantes. En la parte peruana, vamos a bordear el Pacífico partiendo de Lima para descender hacia el sur, en esa gran franja de arena, costera, increíble para la competición, con cordones de dunas que recuerdan los desiertos africanos.

Son técnicas de pilotaje y de navegación de rally-raid. Tras 3/4 días de arena, subiremos varios miles de metros, para pasar de cero al altiplano boliviano de 3.600-3.800 metros de altura. Habrá tres días de carrera en altitud con una incidencia en la manera de correr. La respiración se hace dificultosa. Cambiar una rueda se convierte en algo complicado. Estaremos en un pilotaje más clásico, con pistas de tierra y atravesando ríos. Cuando entremos en la parte argentina, estaremos claramente en la hoguera, con pistas sinuosas, rocosas y abruptas. Y acabaremos el 16 de enero en Rosario, que albergó la salida en la prueba de 2014.

— ¿Por qué se decidió salir de Perú, como en 2013, y no llegar allá, como en 2012?
— La voluntad es cambiar cada año. Los Dakar se suceden, pero no queremos que se repitan. Volver a salir desde Argentina como lo hicimos este año (2015) habría supuesto retomar la misma geografía, el mismo tipo de itinerario. Tratamos de sorprender con un recorrido que cambie.

— ¿Qué falta por definir en el trazado de 2016?
— ¡Todo! Hemos fijado la cartografía, pero queda todo por hacer. Tendremos 13 etapas, quizá un prólogo, para un total de 8.000 a 8.500 km. Es aún pronto para saber si habrá etapas maratón. Nos hace falta encontrar tramos selectivos interesantes, que se puedan encadenar. Cuando hacemos coincidir las motos, los cuadriciclos, los autos y los camiones, no hablamos de las mismas capacidades de velocidad. Hay que encontrar algo que pueda satisfacer a todos los actores”.

— ¿La idea de un Dakar que recorra toda Sudamérica sigue presente?
— Sería un bello proyecto. Desde hace tres años pensamos en cómo podríamos hacer una carrera que pudiese partir o llegar de Colombia. Recorrer Sudamérica por el lado del Pacífico, por Chile y Argentina. Hemos realizado reconocimientos en Colombia y Ecuador. Nos hemos encontrado gente favorable al proyecto. También existieron actos políticos significativos, sobre todo el presidente (Juan Manuel) Santos en Colombia. Es un proyecto ambicioso y hace falta una buena combinación entre los astros políticos y el Dakar para que podamos ponerlo en práctica.

Lavigne controla la prueba


Presidente
Etienne Lavigne es el director general de la  carrera y el presidente de Amaury Sport Organisation (ASO).Todo está bajo su órbita y control.

No a la política
Etienne enfatiza y pone cuidado al sostener que “el Dakar no sabe de política y solo conoce el placer y la entrega de los gobiernos para que la carrera pase por su país”.