Representante de La Paz, Mónica Eva Copa
Prensa Senado
Prensa Senado
Artículo: Senadora del MAS, Mónica Eva Copa Murga
Al momento
de hacer una reminiscencia del cambio de denominación oficial de
nuestro país, debemos remontarnos a un jueves 24 de enero de 2002,
cuando a las 03:20 de la mañana, es expulsado del entonces denominado
Congreso Nacional, el (en aquel tiempo) diputado Evo Morales, que hasta
ese momento era el parlamentario que más votos había logrado en los
comicios generales de 1997 (70,3%), y bajo la acusación de “abuso de
inmunidad”, basados en pruebas nada contundentes como meras fotocopias
de notas de prensa y, pisoteando -los parlamentarios neoliberales- su
propio Reglamento, no le dieron al expulsado el espacio para el
ejercicio del legítimo derecho a la defensa, luego sobrevino una huelga
de hambre y un crecimiento ascendente de la figura de Evo Morales.
También
remontarse a aquel domingo 22 de enero de 2006, a horas 14:15, cuando el
expulsado Evo Morales, cuatro años más tarde, asumía el cargo de
Presidente de la República de Bolivia, luego de sucesos relevantes que
ayudan en gran medida a entender nuestra historia contemporánea como la
fundación de la Universidad Pública de El Alto y la lucha por lograr su
autonomía, la guerra contra el impuesto directo al salario –mecha
encendida por el motín policial y la rebeldía de los muchachos del
legendario colegio Ayacucho de La Paz-, la guerra del gas, la huida del
vende patria genocida, Gonzalo Sánchez de Lozada, la renuncia de Carlos
Meza, Hormando Vaca Diez y Mario Cossío Cortez a la presidencia. En esa
ocasión, Evo Morales, luego de obtener el 53,7% de los votos en las
elecciones generales del 18 de diciembre de 2005, llega a ser el primer
Presidente indígena desde la fundación de Bolivia. La histórica
exclusión social y apartheid boliviano empezaban a ser cosa del pasado:
ver a un “jilata jiwas jaqi” sentado en la silla presidencial antes de
ese histórico 22 de enero de 2006, era una quimera que parecía
inalcanzable, que se hallaba más allá de las estrellas, en un país
predominantemente indígena el manejo de la cosa pública de los destinos
nacionales era atribución de una pequeña casta dominante.
Además, es
necesario destacar la aprobación de la nueva Constitución Política del
Estado (CPE) el 25 de enero de 2009, que concreta un proceso de
refundación del Estado, cuando la población boliviana a través de un
referéndum ratifica su aquiescencia a la nueva Carta Magna con el 61,43%
de los votos, luego que la misma fue promulgada el 7 de febrero del
mencionado año.
He aquí
tres hechos notables que ocurrieron el mes de enero de los años 2002,
2006 y 2009. Un año más tarde, se establece el día de la Fundación del
Estado Plurinacional de Bolivia -el 22 de enero de 2010- mediante el
Decreto Supremo N° 405. Previamente, el Decreto Supremo de N° 48 de 18
de marzo de 2009, refrenda todo este proceso afirmando que “(…) deberá
ser utilizada en todos los actos públicos y privados, en las relaciones
diplomáticas internacionales, así como la correspondencia oficial a
nivel nacional e internacional, la siguiente denominación: ESTADO
PLURINACIONAL DE BOLIVIA”, el cambio de nombre apareja un cambio de rol
del Estado y de su propio rumbo, implica el afán de cumplir lo
establecido en la CPE, que en su artículo 9, señala como fin esencial
del Estado el “Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en
la descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena
justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales”, es
por lo tanto un acto de justicia ante una deuda histórica.