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Entre 1830 y 1842, con la finalidad de cumplir el encargo recibido, Claudio Gay recorrió Chile desde su límite norte, en el despoblado de Atacama, hasta su extremo sur, en la Isla Grande de Chiloé. La obra preparada por Gay apareció entre 1854 y 1864 con el título de Atlas de la Historia Física y Política de Chile.
Con la finalidad de conocer cuáles eran los límites aceptados por Chile en esos años, hemos extraido de dicho Atlas el mapa general de ese país y el de su provincia más septentrional, denominada Atacama, creada en 1843.
Tras la lectura de ambos mapas puede llegarse a la conclusión que el límite norte de Chile no iba más allá del paralelo 26 de latitud sur. Específicamente, la carta geográfica de la provincia de Atacama muestra en el extremo norte de dicha circunscripción al pueblo de Chañaral, ubicado en los 26° 20’ de latitud sur.
Precisamente, la demarcación de la frontera en el paralelo 26 es el mismo límite que Bolivia siempre proclamó como su frontera sur. En el mapa de Claudio Gay, elaborado por orden oficial del gobierno de Chile, queda claro que el territorio de ese país no incluía asentamientos bolivianos como Antofagasta, La Chimba, Tocopilla, Cobija, Calama, Caracoles o Mejillones, mucho menos los pueblos peruanos de Tarapacá, Iquique o Arica, todos ellos ubicados al norte del paralelo 26, es decir fuera del área de soberanía chilena.
Una de las conclusiones más importantes de las cartas geográficas publicadas por Gay es que el paralelo 26 señala la frontera entre Chile y Bolivia. Este hallazgo es aún más interesante cuando se toma en cuenta que los mapas fueron levantados por un científico prestigioso y respetado, como Claudio Gay, bajo contrato oficial con el gobierno de Chile, representado por Diego Portales.
Fuente: Bolivia en Libros