DESTACADO Ex cancilleres bolivianos e importantes figuras deportivas destacan el perfil humano y carismático del primer Presidente indígena del país, a quien reconocen como ícono del Estado plurinacional.
Redacción central / Cambio
Siete años transcurrieron desde que un indígena fuera electo democráticamente y posesionado por primera vez como Presidente de Bolivia el 22 de enero de 2006, tras 181 años de la etapa republicana.
Los ojos de los nueve departamentos del país y del mundo estuvieron enfocados en el acto donde Evo Morales recibió el bastón de mando para comandar la marcha de Bolivia hacia su refundación como Estado Plurinacional.
A sus 46 años, con el puño izquierdo en alto y con notoria emoción expresada por una lágrima perdida, el orureño nacido en el pueblo de Ilallavi, Orinoca, se convirtió en el Presidente número 69 de la historia de Bolivia; los anteriores provenían de las minorías blanca y mestiza, en un país cuya mayoría indígena sólo tuvo derecho al voto desde 1952.
El cambio era notorio en la atmósfera del país. Hombres y mujeres de los 36 pueblos y naciones de Bolivia comenzaron a visibilizarse en el ámbito político a través de sus representantes en la Asamblea Legislativa, donde por primera vez se vio a legisladores de procedencia indígena originario campesina y afrodescendiente.
El rostro de Morales pronto fue conocido por el mundo. Su discurso firme en contra del sistema neoliberal e imperialista fue una de sus características esenciales desde el inicio.
Su participación en cumbres y reuniones diplomáticas con organismos internacionales nunca pasó desapercibida. Su incansable persistencia alcanzó resultados importantes para el país el último año.
“En el campo multilateral, es donde el Presidente ha sobresalido”, reconoció el ex vicecanciller y ex embajador de Bolivia en Argentina Gustavo Aliaga, quien manifestó su sorpresa por los logros alcanzados por Morales al conseguir que cuatro planteamientos bolivianos hayan sido asumidos por los Estados como fundamentales para la humanidad.
De acuerdo con el diplomático entrevistado por Cambio, el primero de estos logros fue el alcanzado en marzo de 2012, cuando Bolivia logró que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declare al agua potable como uno de los derechos humanos bajo la premisa de que el líquido elemento es “un derecho fundamentalísimo para la vida”.
El segundo es el que se produjo el mes de junio en la ciudad de Rio de Janeiro, Brasil, donde durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, también conocida como Cumbre de Río+20, Bolivia logró el respeto de la Madre Tierra.
El mismo mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), reconoce a la quinua como “un alimento promisorio para la población en el mundo” y declara a 2013 como Año Internacional de La Quinua, gracias a la propuesta planteada por Bolivia.
Finalmente, en enero de esta gestión, el Primer Mandatario que inició su vida sindical y política como dirigente cocalero logró la readmisión de Bolivia a la Convención Única de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Despenalización del Acullicu (consumo ancestral y tradicional de la hoja de coca).
“Debo reconocer que yo mismo pensé que esto iba a ser imposible, pero el mundo le ha dado 165 votos a favor a Bolivia”, admitió Aliaga refiriéndose al reciente triunfo.
“Sabemos que la diplomacia multilateral es compleja, difícil y morosa, pero el Presidente ha demostrado, junto con el Canciller, la capacidad de plantear esos cuatro temas”, afirmó el ex diplomático, quien sugirió al Gobierno hacer mayor énfasis en las dos primeras temáticas y trabajar un poco más en la diplomacia bilateral.
En la misma línea, el ex canciller boliviano Armando Loaiza enfatizó en que al discurso ideológico del Jefe de Estado habría que añadir también “una concepción posmoderna de la realidad”. Ello con el fin de lograr más resultados a favor del país.
“No deberíamos dejar de lado la integración regional, un país de equilibrio más que de antagonismos”, sostuvo antes de reconocer que Bolivia, considerada hasta hace siete años un país subdesarrollado, hoy se levanta digna ante el mundo gracias a la importante presencia del Jefe de Estado, a quien por esta causa Ramón Rocha Monroy le da el denominativo de “héroe”.
“La epopeya colectiva de nuestro país tiene un héroe que no nació en pañales de seda, ni en clínica privada, sino en una choza de un ayllu de un cantón de una provincia perdida. Un héroe que no tiene títulos universitarios ni maestrías en el exterior. Los medios, los políticos y ciudadanos del mundo saben quién es. Ustedes saben quién es”, afirma Monroy en su libro “Por qué seguir creyendo”.
“No quiero morir de viejo, en accidente o por enfermedad. quiero morir luchando por el pueblo boliviano.
Evo Morales - Presidente del Estado Plurinacional
“Aplaudo la participación del presidente en cumbres internacionales en estos últimos siete años.
Armando Loaiza - Ex canciller
“Una de las fortalezas del presidente Es ser un trabajador incansable y, a veces, un tanto obsesivo.
Gustavo Aliaga - Ex canciller y ex embajador
“He compartido con muchos presidentes, pero con Evo me siento más a gusto. Los bolivianos viven mucho mejor.
Xavier Azkargorta - Director Técnico
Trabajador obsesivo, batalló por su salud
“Mucho antes de llegar a la Presidencia del Estado Plurinacional y liderar el inédito y revolucionario proceso de cambio, Evo Morales Ayma era un consumado deportista que no perdía la ocasión para jugar un partido de fútbol con sus compañeros de lucha”, relata el doctor neurocirujano cubano Orestes López Piloto en su libro La dignidad del pueblo o la rodilla de Evo.
El texto contiene la crónica en la que se describe la batalla por la salud del Primer Mandatario boliviano, quien manifestó en el Prólogo el sufrimiento que padeció cuando le prohibieron jugar a causa de una lesión en su rodilla.
“Nunca pensé que mi pasión por el fútbol, desde que era dirigente sindical en el Chapare, me provocaría una lesión en la rodilla izquierda”, cuenta el Jefe de Estado antes de comentar que las molestias le impedían jugar con “garra”.
A pesar del dolor físico que le ocasionó el malestar articular, los galenos que lo atendieron relatan que la preocupación del Jefe de Estado siempre estuvo centrada en “cumplir la agenda y atender a su patria”.
“No quiero morir de viejo en, accidente o por enfermedad, quiero morir luchando por el pueblo boliviano”, era la respuesta constante de Evo cuando le sugerían tomar unos días de descanso para no enfermar.
Es por ello y por los largos horarios de trabajo que el pueblo boliviano en general reconoce el trabajo de Morales.
“Es un trabajador incansable y a veces un tanto obsesivo”, destacó el ex vicecanciller y ex embajador de Bolivia en Argentina Gustavo Aliaga.
Gracias a su trabajo y compromiso con el fútbol, ganó la simpatía de pequeños y grandes amantes del deporte.
Uno de ellos es el director Técnico de la Selección boliviana de fútbol, Xavier Azkargorta, quien expresó: “Este Gobierno es revolucionario. He compartido con muchos presidentes, pero con Evo Morales me siento más a gusto”.
Mario ‘Cucho’ Vargas Rodríguez
Periodista deportivo boliviano con 44 años de experiencia
“a nombre de toda la juventud boliviana: ¡Gracias evo!, porque has cumplido con el deporte nacional
¿Qué percepción tiene usted del presidente Evo Morales respecto de su interés por el deporte boliviano?
Creo que el presidente Evo Morales está escribiendo páginas memorables para la historia del deporte boliviano. Ningún Presidente en la historia del país ha trabajado tanto en beneficio del deporte nacional con la construcción de escenarios y campos deportivos que contribuyen a que la niñez y la juventud se aparten de cualquier posibilidad de vicio.
¿Hubo algún otro presidente boliviano que impulsó el deporte más que Evo?
Ha habido algunos hechos aislados. Me acuerdo que el presidente (Víctor) Paz Estenssoro, el año 1963, se sumó a la gran cruzada boliviana para celebrar el campeonato sudamericano de ese año; otro hecho fue la organización de los Juegos Bolivarianos por el presidente (Hugo) Banzer, creando un par de escenarios importantes; pero ninguno alcanza la dimensión que consiguió el presidente Evo Morales, que en los últimos años demostró un apoyo decidido, frontal e integral al deporte boliviano. Ése es un trabajo meritorio que no tiene parangón a través de la historia.
¿Recuerda algún momento o palabras?
Tengo presente sus palabras cuando estuve con él el año 1995, cuando fue declarado como uno de los personajes del año en la revista Enfoques en una suntuosa recepción en el Hotel Radisson, donde Evo Morales fue presentado ante la opinión pública como un personaje inolvidable y él me dijo: ‘Cucho, lo que tenemos que hacer es trabajar enormemente por el deporte boliviano, ésa es la solución para nuestros problemas’.
De ese tiempo a éste, ¿cuánto cambió el presidente Evo Morales? ¿Mantuvo su amor y compromiso con el deporte?
Lo que subrayo una vez más es que, en la práctica, el Presidente Evo Morales está cumpliendo con los sueños que nos había anticipado en aquellos años, lo cual hace evidente que no se trataba sólo de palabras, sino que es un hombre de hechos porque lo está demostrando.
¿Cómo califica las políticas deportivas impulsadas por el Gobierno?
La política deportiva de Evo se ha puesto de manifiesto no sólo a nivel nacional, sino internacional. Lo que quiero destacar es que oficialmente ya sé que el premio Dakar va a pasar por Bolivia a través de una gestión totalmente personal atribuible sólo a la capacidad, inteligencia y estrategia que utilizó Evo Morales para lograr esa conquista. Una conquista que puede poner a Bolivia en los ojos del mundo el próximo año.
¿Qué le diría al Presidente?
Lo que le diría al presidente Evo es simplemente esto: Gracias en nombre de toda la juventud del país. Gracias porque has cumplido.