Cochabamba, 22 mar (ABI).- La ciudad de Cochabamba tuvo un aumento
peligroso de los niveles permitidos de contaminación en la presente
semana y sí el problema persiste podría lanzarse una declaratoria de
emergencia en los próximos meses, estableció el jueves el director de
Protección de la Madre Tierra de la Alcaldía de Cercado, Germán
Parrilla.
"La normativa boliviana especifica que debe haber 150 unidades de
contaminación por metro cúbico de aire, que es lo permisible, y en esta
semana hemos llegado a 155 y 160, hemos sobrepasado lo que indican las
normas", manifestó.
Sostuvo que el problema debe preocupar a la población porque de
superarse registros de 180 ó 200 unidades se tendrá que emplear una
declaratoria de emergencia por contaminación atmosférica, con lo que se
pedirá el uso de barbijos y reducir el tiempo de permanencia en las
calles.
Dijo que uno de los principales factores para la reducción de la
calidad del aire es el incremento de los gases emitidos por el creciente
parque automotor en el área urbana.
"Hay un excesivo usos de vehículos, en especial aquellos que están
en mal estado y que tienen mal el motor sobre todo", sostuvo.
Manifestó que a los gases contaminantes del parque automotor se
suman los emitidos de manera cotidiana por ladrilleras, yeseras e
industrias ilegales que no emplean filtros en sus hornos, máquinas y
equipos.
La autoridad regional explicó que como medida preventiva se
efectuará una campaña informativa en las próximas semanas para que las
personas refacciones sus motorizados y los usen durante la menor
cantidad de tiempo posible.
Dijo que el trabajo será complementado con inspecciones más
periódicas y rigurosas en el caso de fábricas e industrias para que usen
equipamiento que impida que sus actividades contaminen el aire.
Un estudio realizado el pasado año por la Red Mónica estableció que
el 92% de la contaminación del aire en el eje metropolitano de
Cochabamba es provocado por el parque automotor.
El restante 8 por ciento surge de las industrias, especialmente de
las fábricas de ladrillos y yesos, a lo que se añade el aterrizaje y el
despegue de los aviones que queman miles de litros de jet fuel cada
jornada.
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