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Unos 80 mil turistas visitan cada año el área protegida y pagan entre 30 y 150 bolivianos para recorrer esa reserva natural del departamento de Potosí.
LA PAZ Y POTOSÍ
Cambio
El director ejecutivo del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), Saúl Chávez, informó que el Parque Nacional Eduardo Abaroa, ubicado en el departamento de Potosí, genera aproximadamente 10 millones de bolivianos al año por concepto de ingreso de cerca de 80 mil turistas, entre nacionales y extranjeros, que pagan 30 y 150 bolivianos respectivamente.
“El Parque Nacional Eduardo Abaroa es el que más recursos económicos genera y a la vez el más visitado por los turistas, debido a los atractivos turísticos que guarda y también por las comunidades que viven dentro del área protegida que se organizaron y dan un buen servicio a los visitantes extranjeros”, afirmó.
Chávez señaló que en segundo lugar se encuentra el Parque Nacional Madidi, en el norte del departamento de La Paz, que genera un total de 600 mil bolivianos al año, también por concepto de ingreso de turistas, en su mayoría extranjeros, sin contar las costas por albergue, alimentación y guía turística.
Atractivos de la región
El jefe de protección del área Eduardo Abaroa, Irineo Berna, informó que unos 13 guardaparques se ocupan del resguardo del sector, que cuenta con una extensión de 645 hectáreas y alberga, entre otros atractivos, el árbol de piedra, fumarolas y géiseres, aguas termales, y las lagunas de colores, como ser la Colorada, la Verde, la Hedionda y la Cachi Laguna o Laguna de Sal. En su criterio, el “Eduardo Abaroa es guardián de especies como la vicuña”, que según el último censo efectuado por el Sernap tiene a 3.900 ejemplares viviendo y pastando en esas tierras, junto a suris (avestruces andinos) y flamencos o pariguanas. En flora, se encuentran vastos conglomerados de yareta y keñua.
Berna señaló que el turismo es la principal actividad a la que se dedican los asentamientos humanos que se encuentran en el parque, que tienen en la implementación de albergues ecoturísticos una fórmula para generar recursos económicos.
Los comunarios organizados instalaron cinco ecoalbergues en las lagunas Colorada, Verde, Huayñajara y en las poblaciones de Quetena Grande y Quetena Chico. Entre cada alojamiento hay una distancia de 10 kilómetros y allí los turistas pueden encontrar posada para pernoctar, alimentación y otros servicios.
Los guardaparques cuentan con motocicletas y vehículos de cuatro ruedas para hacer recorridos periódicos y precautelar la seguridad de los visitantes, así como de la fauna, especialmente de la vicuña.
El jefe del parque explicó que desde 1995 se redujo gradualmente el acecho de cazadores furtivos y ya prácticamente desapareció.
Sin embargo, señaló no se están ejecutando planes para aprovechar la fibra de vicuña, como sucede en otras áreas protegidas.
Mayor control en el ingreso de turistas
El jefe de protección del Parque Nacional Eduardo Abaroa, Irineo Berna, afirmó que las empresas de turismo chilenas que ofertaban el servicio de visita a esta área protegida como si fuera un atractivo propio de su país dejaron de dedicarse a esta actividad.
“Ya no están entrando las empresas chilenas, aunque sí hay turistas que todavía ingresan desde San Pedro de Atacama hasta el parque, ya que estamos en plena frontera con Chile, pero estas empresas tienen que estar conectadas con consorcios bolivianos y desde luego que pagan la tarifa de ingreso por ser turistas extranjeros”, manifestó.
Sobre actividades ilícitas que se hubiesen cometido usando el Parque Nacional como ruta de ingreso desde Chile a Bolivia para transportar droga, contrabando o vehículos indocumentados, el jefe de protección del área aseguró que gracias al flujo de visitantes este sector dejó de ser desértico.
“Estamos libres de esas situaciones gracias a que el parque es constantemente visitado por muchos turistas, que siempre están recorriendo el área en diferentes direcciones. Como Sernap no tenemos nada que ver con el control de estos ilícitos; sin embargo, nuestra obligación está en reportarlos”, declaró Berna.