En el marco del Día Internacional del Músico, el Primer Mandatario pidió a los músicos bolivianos transcribir los ritmos ancestrales en pentagramas y así conservarlos para las futuras generaciones.
Con el objetivo de preservar la música originaria de las culturas del país, el presidente Evo Morales pidió a los músicos nacionales transcribir estos ritmos en los pentagramas para conservar parte de la historia de Bolivia.
La solicitud fue realizada en el marco del Día Internacional del Músico, en homenaje a su patrona, Santa Cecilia.
Morales conmemoró esta fecha junto con las bandas militares en un acto realizado ayer en el Estado Mayor.
Explicó que existen ritmos ancestrales como la pinquillada y taki ongoy, entre otros, que carecen de escritura musical, pero deben ser conservadas para ser disfrutadas por las futuras generaciones.
“Tengo mucho miedo de que acá a 20, 30 ó 40 años ya no vaya a haber la pinquillada. Pero si está en pentagrama con seguridad cualquiera puede interpretarla”, indicó.
La música formó parte de la lucha descolonizadora en contra de las colonias españolas y europeas, además de alentar el espíritu de los soldados que combatieron por la independencia del país. Por ello, el Primer Mandatario dijo que estos ritmos “hay que convertirlos en escritura musical y guardarlos para la historia”.
“Nuestras danzas como la morenada, diablada y caporales están inundando el mundo”, destacó.
En su juventud, el Presidente fue trompetista de la Banda Imperial de Oruro, aunque lamentó que no se especializó.
En países como Italia, Estados Unidos, Argentina y otros, los bolivianos residentes crean sus propios grupos de música y bailan para deleitar a la comunidad internacional con la cultura boliviana. Actualmente, varios bailes son considerados patrimonio boliviano, entre ellos la diablada, los caporales, la morenada y el tinku.
Historia de Santa Cecilia
Cuenta la historia que hubo una mujer llamada Cecilia que había consagrado su vida y virginidad a Dios, pero su padre la forzaba a un matrimonio acordado.
El día de su boda, mientras los músicos tocaban y la gente se divertía, ella se alejó de la gente y le cantó a Dios desde el fondo de su corazón para pedirle ayuda. Fue escuchada porque se mantuvo casta a pesar del matrimonio.
En 1594, Santa Cecilia fue nombrada patrona de la música por el Papa Gregorio XIII. Su fiesta se realiza cada 22 de noviembre, fecha que coincide con su nacimiento y ahora es recordada en todo el mundo.