Especial Relaciones Bolivia - EEUU
El encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia destacó la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico. “Es muy interesante y ha contribuido de manera efectiva en los resultados de la lucha contra las drogas en Bolivia”. El Departamento de Estado entiende la importancia política de extraditar a Gonzalo Sánchez de Lozada. El tema está en agenda.
El Gobierno boliviano es crítico respecto de las políticas de Washington hacia América Latina y el mundo. El encargado de negocios de la Embajada da la cara.
Estoy aquí precisamente para dar vida a ese mecanismo”, dijo el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, Larry Memmott, al referirse al Convenio Marco que establece una base de principios para la relación bilateral, con base en el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en asuntos internos.
Memmott contestó un amplio cuestionario formulado por Cambio abordando los temas críticos de las relaciones entre ambos Estados, marcados en el último tiempo por la controversia y permanentes muestras de injerencia de parte de esa legación diplomática en la política interna boliviana, algo que en el pasado inmediato era moneda corriente.
Hoy el Gobierno del Estado Plurinacional exige respeto y transparencia no sólo a la Embajada de EEUU, sino al conjunto de la comunidad internacional, en esa dirección, Cambio comparte la entrevista exclusiva con Memmott.
Cambio ¿Cuál es su criterio respecto del estado actual de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Bolivia en los campos económico, político y de lucha contra el narcotráfico?
Larry Memmott: El Gobierno de los Estados Unidos de América me mandó a Bolivia con la tarea de ayudar a desarrollar una relación de mayor confianza y así ayudar a preparar la llegada de un Embajador de los Estados Unidos de América al país. Al final de cuentas, el pueblo y el Gobierno de mi país desean tener una relación de amistad con el pueblo y el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia. Consideramos que la firma del Convenio Marco entre nuestros Gobiernos fue un hito muy importante en este proceso. El Convenio establece una base de principios para la relación bilateral, que incluyen el respeto a la igualdad soberana de los Estados, el deber de abstenerse de intervenir en asuntos internos del otro Estado y el derecho de cada Estado a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social. También establece en el artículo VIII que debemos solucionar cualquier diferencia entre nosotros “por la vía diplomática”. Estoy aquí precisamente para dar vida a ese mecanismo.
Entre los dos Gobiernos hemos identificado áreas prioritarias donde podemos colaborar: mayor inclusión económica, social y política, intercambios culturales, la lucha contra el narcotráfico y el comercio. Seguiremos trabajando conjuntamente sobre estos temas y buscando otras áreas de colaboración mutua.
Por ejemplo, en agosto y septiembre, tuve la oportunidad de visitar dos veces la región de Curahuara de Carangas. La primera llevando un cheque con una donación de más de 41.000 dólares del pueblo americano destinado a la restauración de cinco capillas de esa parroquia, donde hace dos años financiamos un proyecto similar con resultados muy exitosos. La segunda vez participé, junto con los comunarios que me invitaron, en la ceremonia ritual de la Wilancha para pedirle permiso a la Pachamama para comenzar las obras. Ésta es una muestra concreta de cómo estamos trabajando con comunidades bolivianas para alcanzar, en este caso, una meta común: la preservación cultural.
—¿En qué situación se halla el Acuerdo Marco entre EEUU y Bolivia, suscrito en noviembre de 2011, por ejemplo en el tema de la reposición de embajadores? ¿Ese acuerdo ya fue ratificado por el Congreso de EEUU?
—El Acuerdo Marco ha sido aprobado por las dos partes y está en plena vigencia. Inmediatamente después de la firma se ha dado el primer paso, que fue la reunión de alto nivel que se tuvo en febrero de este año en La Paz. Considero que la reunión ha sido muy positiva. En esa primera reunión se ha firmado con el Gobierno de Bolivia un Convenio para ejecutar el proyecto de cooperación en Salud con un aporte de Estados Unidos por un monto de 22 millones de dólares.
Esta reunión además subrayó, una vez más, la decisión de intercambiar embajadores. Estados Unidos sigue comprometido con el intercambio de embajadores. En nuestro sistema cualquier Embajador tiene que recibir el visto bueno del Senado. En Estados Unidos éste es un año electoral y un tercio de los senadores está buscando su reelección. Como se imaginará, ellos están en plena campaña. Esperamos, sin embargo, que la designación del Embajador sea pronto.
—Varios medios de difusión reprodujeron sus declaraciones en sentido de que la reducción de coca en Bolivia llegó a un 13%. ¿Podría proporcionar más detalles al respecto y si esa cifra puede o no ser considerada como un avance en la lucha contra el narcotráfico?
—Quisiera referirme a este tema en tres partes. La primera se refiere al concepto de la responsabilidad compartida. Estados Unidos colabora con Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y estamos dispuestos a continuar esa colaboración, hasta el punto de que el gobierno del Presidente Morales se sienta cómodo.
Nosotros consideramos que el programa de nacionalización de la lucha contra el narcotráfico es muy interesante y ha contribuido de manera efectiva en los resultados de la lucha contra las drogas en Bolivia.
La segunda parte a la que deseo referirme es a los esfuerzos y los resultados que logramos cada uno de los países que luchamos contra el narcotráfico.
Cada año, por decisión del Congreso de los Estados Unidos, el Presidente de mi país debe enviar un informe sobre el estado de la estrategia contra las drogas. Ése es el informe que se ha conocido el 15 de septiembre. En este informe, según las oficinas especializadas de mi Gobierno, Bolivia ha obtenido una reducción neta en los cultivos de hoja de coca del orden del 13 por ciento.
Creemos que es un logro muy importante, pero hay mucho más por hacer en este campo, sobre todo, en lo que se refiere a las acciones para reducir la producción de cocaína.
Y finalmente quisiera mencionar que Estados Unidos también hace su parte en la lucha contra el narcotráfico. Este año, Estados Unidos ha gastado más de 25.000 millones de dólares en programas de prevención, tratamiento y cumplimiento de la ley en nuestro propio país. Ésta es una cifra muy considerable. Haciendo una comparación económica, equivale al total de todo el valor anual del Producto Interno Bruto de Bolivia.
Y se han conseguido resultados muy concretos: el consumo de cocaína en Estados Unidos se ha reducido en un 40 por ciento en los últimos cinco años. Es una reducción sin precedentes.
Obviamente nosotros tenemos todavía mucho trabajo para hacer. Pero también es evidente que el esfuerzo tiene que ser mundial. Nosotros creemos que el trabajo conjunto, coordinado, conformando una alianza sólida es el único camino para luchar exitosamente contra el narcotráfico.
—¿Cuál es su opinión respecto del informe sobre monitoreo de Coca de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en lo referido a los resultados en la erradicación de coca en Bolivia?
—La ONU ha informado que se ha logrado una erradicación neta de los cultivos en un 12 por ciento; nuestra información es un poco más alentadora, ya que estimamos la reducción en 13 por ciento. Creemos que es un logro grande, importante, pero también que hay mucho más por hacer. Estamos muy contentos de haber participado con la ONU en el desarrollo de su informe, y en la erradicación, principalmente proporcionando el transporte aéreo para las dos actividades.
—¿Cuál es la relación entre el Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos de EEUU y la exclusión de Bolivia de los beneficios del ATPDEA? ¿Cuán posible es que los beneficios del ATPDEA no necesariamente se vinculen con los resultados en la lucha contra los narcóticos?
—No hay una relación directa. El Convenio Marco firmado por ambos gobiernos se compromete a crear un Consejo sobre inversiones y comercio para tratar temas de la relación comercial. Esperamos seguir trabajando también en este campo de manera coordinada e implementando lo convenido en el Acuerdo Marco.
Entiendo que la pérdida de los beneficios del ATPDEA tuvo un impacto fuerte. Como sabe, la vigencia del ATPDEA es una competencia del Congreso de los Estados Unidos. No tenemos aún un anticipo de la determinación que vaya a tomar el Congreso respecto del ATPDEA. Dos de los países que eran beneficiarios, Colombia y Perú, ya tienen tratados de libre comercio con EEUU y ya no necesitan de estas preferencias.
De todos modos, algo que me ha llamado la atención es que el intercambio comercial entre Estados Unidos y Bolivia ha crecido significativamente. En los últimos cinco años, el comercio bilateral ha aumentado en 1.000 millones de dólares. Es decir, desde 2006 hasta ahora, el valor del comercio bilateral ha pasado de 700 millones de dólares hasta 1.700 millones de dólares, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Otro beneficio de llegar a tener en el corto plazo, un intercambio de embajadores es que podemos tratar esos temas de una manera más contundente y expedita.
EXTRADITAR A GONI
—El canciller boliviano David Choquehuanca sugirió la importancia de revisar el Tratado de Extradición firmado entre EEUU y Bolivia en 1995. ¿Ese Tratado es revisable? ¿Cuál el procedimiento para su revisión?
—El primer Tratado de Extradición entre Estados Unidos y Bolivia estuvo vigente durante 93 años, comenzando en 1902. Posteriormente, se efectuó una revisión y se introdujeron cambios y actualizaciones pertinentes. Ese proceso concluyó con la firma del nuevo Tratado, que está vigente desde junio de 1995. Esa historia demuestra que es posible introducir cambios si las dos partes están de acuerdo sobre las revisiones que se pueden hacer.
El Convenio Marco especifica que uno de los objetivos del diálogo bilateral es la cooperación en la aplicación de la ley, incluyendo la extradición, la asistencia legal mutua, la aplicación de las normas contra la falsificación y la piratería de la propiedad intelectual, así como la cooperación en la recuperación de patrimonio cultural, y en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción. Como siempre, estamos dispuestos a sentarnos y buscar acuerdos.
—¿El rechazo a la extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada por parte de EEUU es definitivo?
—El Gobierno boliviano ha hecho pública la nota diplomática de la Embajada sobre este tema, y creo que queda muy claro que seguimos dispuestos a hablar sobre este caso. Dicho eso, quisiera subrayar que éste es un tema legal muy complejo, y yo soy diplomático y no abogado.
—Una parte del informe del Departamento de Estado respecto a la extradición de Sánchez de Lozada abre la posibilidad de que autoridades de su país se reúnan con representantes bolivianos para ver ese tema. ¿Podría explicarnos en qué consiste esa idea?
—Estados Unidos está presto a conversar con los funcionarios bolivianos acerca de nuestra relación de cooperación jurídica bilateral, incluyendo la base legal, procedimientos y otros asuntos relacionados con el Tratado de Extradición. Pero reitero, éste es un tema legal y no político, que debe ser manejado en los canales legales apropiados de ambos países.
Quisiera agregar que el Departamento de Estado ha entendido la importancia que este asunto tiene para el pueblo boliviano y para el Gobierno boliviano y de manera sincera ha expresado su profundo sentimiento de dolor solidario con quienes han sufrido este triste episodio de la historia reciente de Bolivia. Yo presencié la protesta del 17 de octubre cerca de la Embajada, y sentí un gran respeto y solidaridad hacia las víctimas y sus familiares que marcharon pacíficamente y con mucha dignidad para demostrar sus sentimientos.
—En los últimos días se han hecho públicas versiones que vinculan a militares estadounidenses con la 'masacre de octubre' de 2003. ¿Tuvieron ellos alguna participación en esos hechos?
—Quiero aclarar de manera rotunda que ni el grupo militar ni ningún otro funcionario de la Embajada de Estados Unidos han tenido participación alguna en esos hechos. Eso es totalmente infundado.
—¿Cuáles son las actividades y resultados del apoyo de EEUU al combate contra la trata y tráfico de personas en Bolivia?
—Estamos muy orgullosos del trabajo que hacemos diariamente con el Gobierno de Bolivia, con la Policía Nacional y con organizaciones de asistencia. Queremos seguir apoyando los esfuerzos del Gobierno y pueblo de Bolivia, que ha dado pasos muy importantes para cerrar el círculo contra esta actividad criminal mundial, que tanto dolor causa en centenares de hogares bolivianos.
El Gobierno de EEUU apoya en total 11 oficinas contra la trata de personas de la Policía boliviana en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, El Alto y Potosí y en localidades fronterizas tales como Desaguadero, Yacuiba, y Guayaramerín. Cada unidad cuenta con un vehículo, computadoras, impresoras, celulares, cámaras digitales y grabadoras, entre otros equipos. Por otra parte, también hemos ayudado a equipar a siete hogares de asistencia integral a víctimas de la trata de personas.
Larry Memmott, textual
- El Gobierno de los Estados Unidos de América me mandó a Bolivia con la tarea de ayudar a desarrollar una relación de mayor confianza y así ayudar a preparar la llegada de un Embajador de los Estados Unidos de América al país.
- Estados Unidos colabora con Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y estamos dispuestos a continuar esa colaboración, hasta el punto de que el gobierno del Presidente Morales se sienta cómodo.
- En el presente año, Estados Unidos ha gastado más de 25.000 millones de dólares en programas de prevención, tratamiento y cumplimiento de la ley en nuestro país.
- En los últimos cinco años, el comercio bilateral ha aumentado en 1.000 millones de dólares. Es decir, desde 2006 hasta ahora, el valor del comercio bilateral ha pasado de 700 millones de dólares hasta 1.700 millones de dólares, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
- El Convenio Marco especifica que uno de los objetivos del diálogo bilateral es la cooperación en la aplicación de la ley, incluyendo la extradición (…) Estamos dispuestos a sentarnos y buscar acuerdos.
- Quiero aclarar de manera rotunda que ni el grupo militar ni ningún otro funcionario de la Embajada de Estados Unidos han tenido participación alguna en esos hechos.