Equipo. Los aviones K-8 tienen su base en Cochabamba. En la foto se ve una demostración. Foto: ABI.
El Ministerio de Gobierno culminó la elaboración
del proyecto de Ley de Seguridad en la Circulación Aérea, que permitirá
el derribo de aeronaves de narcotraficantes. La norma también prevé el
decomiso de naves en favor de la Fuerza Aérea Boliviana.
La necesidad de contar con una norma de estas características fue
expresada por el presidente Evo Morales en diciembre de 2011, debido a
que en el país operan, desde agosto de ese año, seis aeronaves K-8 que
fueron adquiridas específicamente para apoyar las labores de la lucha
contra el narcotráfico.
La Ley de Seguridad en la
Circulación Aérea cuenta con 14 artículos, entre los que destaca el
referido a la facultad que tendrá el Estado boliviano de emplear la
fuerza contra aeronaves declaradas hostiles, una vez agotadas las
medidas preventivas, disuasivas y coercitivas, y previa advertencia.
El Art. 11 del proyecto —referido a la represión de aeronaves
“hostiles”— señala que éstas quedan sujetas a “medidas reactivas cuyo
resultado puede manifestarse en daños, derribo o destrucción de la
aeronave, como derecho a la legítima defensa del Estado”. Los
procedimientos para estas acciones, conforme al texto proyectado, serán
establecidos por el Comando Aeroespacial de Defensa (CAD), quedando
excluida toda responsabilidad del Estado por los daños y perjuicios que
resulten emergentes de estas operaciones.
Serán
consideradas “hostiles” las aeronaves que muestren evidentes acciones de
agresión, amenaza o intento de fuga, así como aquellas que, siendo
declaradas “ilícitas”, se nieguen a aterrizar o a cumplir órdenes,
explicó el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
Se
declarará nave “ilícita” a aquella que, en tierra o en vuelo, realice
actividades con propósitos incompatibles a las normas de aviación civil
internacional, irrumpa el espacio aéreo o esté inmersa en actividad
delincuencial.
A estas aeronaves se les podrá obligar a aterrizar mediante órdenes o interceptación y serán pasibles a procesos judiciales.
Una tercera clasificación habla de aeronaves “infractoras”, cuando
modifican su plan de vuelo original sin notificar al control de tránsito
aéreo, vulneran o no cumplen la reglamentación aeronáutica, o incumplen
órdenes y disposiciones de los controladores aéreos. Éstas podrán ser
obligadas a aterrizar e incluso ser declaradas “ilícitas” si se niegan a
cumplir órdenes y disposiciones.
Procedimiento. La
interceptación de una aeronave civil podrá ejecutarse con el fin de
identificarla, brindarle ayuda, obligarle a retornar a su ruta o a
aterrizar. Sin embargo, las aeronaves civiles que sean sorprendidas en
actividades de narcotráfico serán incautadas directamente en favor de la
Fuerza Aérea Boliviana (FAB), según el Art. 14 del proyecto.
Las que resulten detenidas y se establezca su vinculación con el
narcotráfico en procesos legales, también pasarán a la FAB. Sólo
eludirán una incautación aquellas que desarrollan actividades en líneas
aéreas comerciales, en cuyo caso serán los representantes legales
quienes se sometan a procesos judiciales por narcotráfico.
La FAB, en el proceso de elaboración de este proyecto, evidenció que
antes sería necesario contar con la aprobación de un Código Aeronáutico,
según Romero. Sin embargo, la propuesta avanzó y tras su promulgación
fija un plazo de 180 días para que la reglamentación del CAD incorpore
las medidas contra aeronaves “hostiles”.
El CAD se
activará como un comando conjunto de instituciones civiles y militares, a
partir de la promulgación de la ley. Se espera que el proyecto sea
tratado en las próximas reuniones de gabinete.
BOLIVIA cuenta con seis aviones K-8
Bolivia cuenta con seis aviones Hongdu JL-8 (también conocido como K-8
Karakorum), una aeronave de entrenamiento biplaza y ataque a tierra que
fue diseñado entre Pakistán y China.
El Estado
boliviano invirtió $us 57,8 millones en la adquisición de este equipo,
que fue ensamblado en el Grupo Aéreo de Caza 34 en Cochabamba desde
junio de 2011 y que empezó a operar en agosto del mismo año.
La tecnología de los K-8 está adecuada para entrenar aviadores de
combate. Cuenta con un sistema de armamento de seis cañones 23 mm y 12
coheteras.
Posee un motor Turbofan, sistema de
encendido autónomo y, en el caso de Bolivia, cuenta con amplia capacidad
de apoyo en tierra y simulador de vuelo, según una publicación de El
Centinela, de la FAB.
La autonomía de vuelo de estas
naves alcanza las cuatro horas (velocidad 430 nudos/hora) y tiene dos
asientos en tándem eyectables. Están capacitados para realizar labores
tácticas de interdicción aérea, apoyo de fuego cercano, exploración y
reconocimiento.
El vuelo inaugural de los seis K-8 se
realizó el 7 de agosto de 2011 y en septiembre de este año el
comandante de la FAB, general Liborio Flores, informó que entraron en
una fase estricta de operatividad.
Realizaron ejercicios operativos
conjuntos y combinados con la Fuerza Aérea de Brasil (Brasbol II) y por
ahora se hacen prácticas de tiro.
Advierten la necesidad de un sistema de radares
El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Tito Gandarillas,
afirmó que para la operatividad de los aviones K-8 es necesario contar
con un sistema de radares en todo el territorio.
“Nos
está faltando el tema de la radarización de toda Bolivia, estamos en
reuniones bilaterales con Brasil principalmente para estos temas”,
manifestó el jefe militar.
Afirmó que el Ministerio
de Defensa y la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) ya trabajan en la
implementación de un sistema propio. Liborio Flores, comandante de esa
fuerza, dijo en septiembre que ya se tiene informes sobre los
proveedores y los presentará a Defensa.
Además, el
artículo 12 del proyecto de ley que prevé el derribo de narcoaviones
dice: “La FAB contará con radares necesarios y suficientes para la
detección, identificación e interceptación de aeronaves y sistemas de
comunicación”.