http://www.cambio.bo/editorial/20120330/responsabilidad_en_defensa_de_la_supervivencia_de_la_tierra_67810.htm
Editorial Periódico Cambio
Bolivia
ha asumido en diversos foros internacionales una frontal defensa de la
naturaleza y la supervivencia del planeta al emplazar a las naciones
industrializadas a asumir su responsabilidad en estas tareas y no
solamente exigir a los países en desarrollo para que carguen con los
mayores sacrificios.
Esos foros han sido fundamentalmente las Cumbres sobre el Cambio
Climático celebradas bajo amparo de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) en Copenhague, Dinamarca (2009); Cancún, México (2010) y
Durban, Sudáfrica (2011), donde las autoridades bolivianas hicieron
conocer la voz de los pueblos del mundo en defensa de la naturaleza. Es
importante tomar conciencia de que los países desarrollados gastan
decenas de veces más recursos públicos en la defensa, seguridad y en
guerras que asolan al mundo que en el cambio climático y en la
preservación de la naturaleza, que es la principal fuente de vida.
Es más, las potencias mundiales han incrementado a límites
incontrolables sus presupuestos militares para sembrar la muerte en el
mundo en vez de sentar las bases de un “buen vivir” en paz y armonía.
No ha importado ni la crisis financiera que les afecta por el mal manejo
de los recursos, toda vez que optaron por destinar gran parte de sus
recursos en presupuestos castrenses que dejan luto en el mundo.
A la par de la política armamentista, esos intereses mercantilistas
pretenden traspasar a los países en desarrollo las mayores
responsabilidades de defensa de la naturaleza en el marco de programas
de mercantilización de la tierra y de los bosques.
Cabe recordar que Bolivia ha organizado en la localidad de Tiquipaya, en
abril de 2010, la Cumbre Mundial de los Pueblos en Defensa de la Tierra
para analizar las consecuencias del cambio climático, donde delegados
de países, de organizaciones internacionales y de los movimientos
sociales e indígenas del mundo emitieron una serie de recomendaciones
que debían ser tomadas en cuenta en las reuniones de Cancún, que
solamente consolidaron los posicionamientos del mundo industrializado
que se parapetó en defensa de sus intereses mercantilistas.
La posición de Bolivia fue siempre firme al exigir el respeto a la
soberanía de los países en vías de desarrollo para la gestión integral
de sus bosques y también en la exigencia del pago de la deuda climática,
ambiental y ecológica a los países desarrollados por los daños causados
a la naturaleza y al planeta.
Igualmente, para lograr el reconocimiento de los derechos de la Madre
Tierra, que comprende los bosques, la selva y todos sus componentes, y
de esa manera establecer la armonía con la Madre Tierra y el derecho a
la vida. El Primer Mandatario aseveró que deben desecharse las
intenciones de algunas potencias mundiales que so pretexto de utilizar
el medioambientalismo y la ecología buscan restablecer en nuestras
naciones el colonialismo.
Por ello, las autoridades han denunciado que esos intereses
colonialistas tienen como objetivo utilizar a algunos dirigentes y
grupos indígenas para promover la mercantilización de la naturaleza y en
particular de los bosques a través de la creación del denominado
mecanismo REDD o Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación.
A través de ese mecanismo, los países desarrollados quieren transferir
la obligación de reducir sus emisiones de gases a las naciones en
desarrollo, para que nuestros pueblos vuelvan una vez más a financiar
al Norte sobre la base de sus ingentes reservas naturales.
De acuerdo con informes especializados, como consecuencia de las
agresiones a la naturaleza por las políticas irracionales de
industrialización cada día desaparecen en el mundo cerca de 13 millones
de hectáreas de bosques y selva, equivalentes a 36.000 campos de fútbol.
De seguir esa práctica, y si el mundo no toma conciencia de la gravedad
de este hecho, esos recursos naturales podrían desaparecer antes de
fines de siglo.