miércoles, 15 de febrero de 2012

La campaña internacional contra Evo Morales

http://www.cambio.bo/opinion/15022012/la_campana_internacional_contra_evo_morales_64561.htm


Opinión

La estrategia imperialista es emplear a los medios de comunicación corporativos y a las ONG para crear la legitimidad que necesitan a fin de crear condiciones de desestabilización en un país soberano.

Cory Morningstar (*)


“Al-Jazeera, que empezó como una agencia de noticias creíble, se ha convertido en la prostituta del periodismo internacional, tan creíble como los garabatos de un tonto enajenado en los muros de un estadio de fútbol. De lo que realmente está sucediendo en Siria, informaremos en los próximos días; mientras tanto, vamos a contar la historia de Libia, que no podrá ser vista en Al-Jazeera, ni tampoco en la mentirosa Corporación Británica de Basura [BBC], su amigo y compañero de cama”. Timothy Bancroft-Hinchey, Pravda.Ru, en su artículo El Occidente, Siria y Libia.

No es ningún secreto que Al Jazeera se ha convertido en una herramienta fundamental de propaganda sirviendo a las potencias imperialistas en las campañas de desestabilización que se expanden a una velocidad sin precedente por todo el mundo. Lo que quizás sea menos conocido es la campaña de desestabilización organizada contra el presidente boliviano Evo Morales, la cual él eludió y superó con éxito a finales de 2011, cuando los medios de comunicación reportaron varias muertes, entre ellas un bebé, todo lo cual resultó ser una completa fabricación.

La campaña de desestabilización se centró estratégicamente en un tema comúnmente conocido como el Tipnis (el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure), una zona ecológicamente sensible, donde gran parte de los habitantes desea un camino que les proporcione acceso a la atención de la salud pública, y educación.

La carretera representa además la liberación y la autonomía para el pueblo de uno de los países más pobres en América Latina, el cual lucha por su proceso de cambio bajo la presión del grupo minoritario de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob), escondida tras la bandera ecológica. Cabe señalar que Morales cedió a cada una de las demandas de la Cidob, incluida la intangibilidad que habían pedido sus “asesores” extranjeros, lo cual dio lugar a que uno de los indígenas dijera con incredulidad, “Estamos jodidos”. La intangibilidad hace al Tipnis intocable, por lo que hoy en día otros grupos exigen que la legislación sea revertida.

Desestabilizaciones con el pretexto de la intervención humanitaria

Apareciendo en directo en Al Jazeera, el autor Juan Carlos Zambrana Marchetti (corresponsal de Cambio en Estados Unidos) puso las cosas en claro. Explicó que la campaña de desestabilización contra Evo Morales está liderada por las ONG financiadas por Estados Unidos (lo que incluye Democracy Center, Amazon Watch y Avaaz). Los patrocinadores de las principales ONG que lideran este esfuerzo de desestabilización incluyen a Usaid, NED, Open Society Institute (George Soros) y varios Rockefeller, sólo para nombrar unos pocos. Además, estos proveedores de fondos han invertido mucho en REDD, un programa promovido por Avaaz y un montón de organizaciones ambientalistas corporativas. Se trata de una falsa solución a la crisis climática que, más bien, contiene un alto grado de racismo climático al cual los países del ALBA y Morales siguen oponiéndose con vehemencia

El liderazgo de Morales, con base en una visión al servicio del pueblo boliviano al zafarse de las garras del imperialismo, es un modelo que amenaza todo el sistema mundial del capitalismo industrializado y la oligarquía que le sirve. Las ONG financiadas por las corporaciones son concebidas y financiadas (a veces, simplemente cooptadas) como un instrumento integral para proteger el sistema... similar al papel de los medios de difusión corporativos.

Las potencias imperialistas usan la misma estrategia una y otra vez. Libia es un buen ejemplo y el más reciente. Las ONG fueron absolutamente fundamentales en la desestabilización e invasión de Libia, un país sin deuda y con el más alto nivel de vida en África. Pocos saben que Gadafi fue un invitado de honor de la Universidad de Columbia en el año 2006, para hablar de, y compartir, el conocimiento y la visión de Libia en la “democracia directa” (basado en el Libro Verde), una conferencia que fue transmitida en vivo.

“El capital está más que contento de alistar a la corriente principal del movimiento (ambientalista) como un socio en la gestión de la naturaleza. Los grandes grupos ambientalistas le ofrecen al capital una comodidad triple: como legitimación, recordándole al mundo que el sistema funciona; como control sobre la disidencia popular, una especie de esponja que absorbe y constriñe la ansiedad ecológica en la población; y como racionalización, un gobernador útil para introducir algún tipo de control y proteger al sistema de sus peores tendencias, al tiempo que garantiza el flujo ordenado de las ganancias”. Joel Kovel.

La estrategia imperialista es emplear a los medios de comunicación corporativos y a las organizaciones no gubernamentales para crear la legitimidad necesaria para llevar a cabo la desestabilización. Cuando existen divergencias internas, se infiltran las organizaciones usando a las ONG financiadas por grandes corporaciones para fomentar la división. El lema es dividir para reinar utilizando mercenarios financiados por los Estados imperialistas para crear conflictos donde y cuando consideren necesario. Además, emplear a los grandes medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales para asegurar que el público vea la campaña de desestabilización a través de la lente, o bajo el disfraz, de una intervención humanitaria para llevar la “democracia” al pueblo. Donde se presente la oportunidad, utilizar la ilusión de un levantamiento espontáneo. (Esto se ha convertido en la estrategia favorita gracias a grupos financiados por Estados Unidos, como Otpor! y otros que se aprovechan de los jóvenes vulnerables con buenas intenciones.)

Sí, los imperialistas van a llevar la ilusión de la “democracia” del hombre blanco a los países étnicos que tengan recursos naturales, bombardeándolos en pedazos si así fuese necesario para hacerse con el control de esos recursos; o para aplastar a un modelo de unión y fortalecimiento de la resistencia a la dominación colonialista. Una unión como la que Libia, bajo el liderazgo de Gadafi, estaba logrando con éxito por la liberación de las Naciones de África, o como la de los países del ALBA y de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), que, alejándose de la dependencia del dólar estadounidense, representan una amenaza para las potencias imperialistas.

Gadafi perseguía introducir en África el dinar de oro, antes de que fuera brutalmente asesinado y fuese devastado un país hermoso. Con el pretexto de una “intervención humanitaria”, aproximadamente 100.000 personas murieron, entre hombres, mujeres y niños, mientras que los intereses extranjeros siguen robando y saqueando hasta la última gota de las riquezas de Libia, tanto monetarias y culturales como ecológicas.

Bolivia es y seguirá siendo un país de gente que desesperadamente lucha por su autonomía y por resistir al imperialismo, contra viento y marea. La pregunta es si nosotros, como ciudadanos de los países industrializados, elegiremos servir a los imperialistas apoyando a su agenda, o respetaremos al pueblo boliviano, confiando en que puede manejar mejor su dificultoso proceso de cambio sin injerencia extranjera.

(*) Cory Morningstar es una conocida activista canadiense por la justicia ecológica. Sus artículos han sido publicados en Political Context, The Wrong Kind of Green, Canadians for Climate Change, Counter Currents, Climate & Capitalism, Huntington News y otros.

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