Por Rafo Artigas
Se
abrió el telón de la cumbre que el gobierno lanzara a fines de
noviembre y poniendo sobre la mesa del debate el rol de los medios de
comunicación en una coyuntura política donde los medios, por todo lo que ya dijimos pasaron a ser, sin duda cabe, la oposición mas visible que tiene el gobierno.
¿Será que es tan cierto eso que los medios serán juzgados y los pondrán contra la pared,
estarán en el banquillo de los acusados y les pedirán que rindan
cuentas de sus aventuras y andanzas de todos los días? No creo que sea
así. Aunque no estaría nada mal que eso ocurriera si debiéramos llevar
las cosas en serio.
Medios miedosos
Cuando
surgió la idea de “analizar a los medios” en la cumbre, los empresarios
de medios privados, sus más allegados dirigentes de sus organizaciones y
otros gremios echaron un grito al cielo y empezaron a temblar! ¿Por qué
será no? ¿De verdad estarán temerosos? Algo malo habrán hecho no? De lo
contrario no estarían tan susceptibles y no tendríamos motivos para
escuchar sus berrinches!
Los
mas radicales saltaron y se escudaron en la propia Constitución
Política alegando que la mentada libertad expresión esta garantizada en
la Constitución y no hay motivos para normar y regular el trabajo de los medios.
Entre
los mas ácidos dirigentes que salieron al frente está el otrora
director de ABI del tiempo de Carlos Mesa y el más cuestionador a la Ley
Antirracismo, Pedro Glasinovic, quien señaló que el anuncio de Evo
Morales, “más parece una amenaza de regulación inminente”, que a un
llamado de diálogo a la Cumbre Social.
La ANP, a
través de su presidente Marco Dipp, dijo que el rol de los medios de
comunicación, la libertad de prensa y de expresión están garantizados en
la Constitución Política del Estado, en la Ley de Imprenta y en los
tratados internacionales, por lo que “no tendría que existir otra
instancia en la que se pretenda normar y regular el trabajo de los
medios”.
Y
finalmente, sectores como los periodistas agrupados en Asociación de
Periodistas de La Paz anticiparon que no asistirán al encuentro porque
como ya se sostuvo el objetivo no es debatir propuestas, sino avalar, en
el caso de los medios, por ejemplo, normativas que estén orientadas a
restringir y controlar la libertad de prensa y expresión, según su
representante, otro encendido y temeroso como es Antonio Vargas.
Medios en el debate
Pero, ¿cuál
fue en esencia y de manera directa la propuesta de sugerir que este
tema sea motivo de debate en la cumbre de diciembre? Simple y llanamente
una preocupación sentida por los dirigentes de movimientos sociales,
antes que el propio gobierno.
El
presidente Morales traduciendo esa preocupación, trasladó el
pensamiento de las dirigencias y manifestó que, también el Estado tiene
que defenderse frente a las “ tergiversaciones o mentiras de los medios,
“dicen que no hay libertad de prensa; cuando algunos medios tratan de
confundir a la población con medias verdades, dicen que hay libertad de
expresión, por eso y otras razones los movimientos sociales han incluido
como un asunto más para el debate nacional el tema de la comunicación”,
justificó Evo Morales.
Morales
afirmó que su gobierno respetará la libertad de expresión y también, en
tono franco y cercano a los medios, les pidió que no se molestaran.
Textualmente dijo: “Sorpresivamente,
espero que los medios de comunicación no se molesten, se ha planteado
el tema de comunicación; de verdad, y la libertad de expresión, siempre
será respetada…”
En
síntesis y para parar sus paranoias es importante poner sobre el tapete
que la cumbre no teorizara categorías de la comunicación, no verá los
contenidos de los medios, no regulará y normará el trabajo de los
mismos, peor aun, ni esbozará una Ley de medios. Se los aseguro.
Los
medios de comunicación, ya sabemos, no reflejan la realidad, sino que
muestran un botón de los acontecimientos y una primera interpretación.
Un ejemplo de esta afirmación está en el abordaje sobre los recientes
datos de la CEPAL que estuvieron minimizados por los medios, a tal punto
de señalar que fueron falsos, y que su credibilidad está muy lejos.
Rol de los medios
Los
medios que cumplan un rol en la sociedad boliviana tal como asi
estipule la Constitución o quién sea, no tienen porque escandalizarse si
los critican. No tienen porque ponerse nerviosos. Mientras tengan como
propósito ser aporte a los procesos democráticos, tengan como
herramienta de trabajo un código de ética, no sean el altoparlante de
aquellos sectores políticos y económicos que apoyaron a fracturar al
país, no serán señalados con el dedo acusador.
Esos
medios que promuevan la construcción de ciudadanía, de identidades
culturales, de identidad de un país que apoye a la comunicación de
procesos de organización, participación para el desarrollo y la
democracia están en buen camino y no estarán con el temor de la psicosis
de persecución que sufren los otros medios.
Los mediocres medios
En cambio esos medios que en ya los conocemos que mostraron la cara en el conflicto del TIPNIS (Ver: “Radiografía de los medios de comunicación en el conflicto TIPNIS,
R. Artigas), que cumplen un papel exclusivo para grupos de poder
económico, que pueden comprar espacios informativos y otorgar
privilegios a los periodistas están clasificados como los mediocres.
Que
a parte de mentir, ocultar, tergiversar, ser tendenciosos, permean el
trabajo por intereses creados. No es casual que por todo ello a esos
mediocres medios le hayan bajado la caña en una última encuesta de la Revista IN que muestra que sobre todo los medios televisivos ya no son “creíbles”.
Esa
encuesta revela que el canal de televisión más visto en La Paz, El
Alto, Cochabamba y Santa Cruz es Unitel (36%), seguido de Red Uno (21%),
ATB (13%), PAT (8%), Bolivisión (6%) y Bolivia TV (5%).
Sin
embargo, “la credibilidad de estos canales tiene desfases con la
cantidad de sus audiencias, pues, el 21% de los encuestados en La Paz
dice que no cree en ningún canal; en Santa Cruz, prefieren en un 54%
Unitel, pero sólo el 42% lo cree; en Cochabamba el que tiene más
credibilidad es ATB con 26%, pero el más visto es Unitel con 48%.
“Hace
un año, los medios de comunicación en general y los canales de
televisión en particular propagaron que “la prensa boliviana” era
“una de las instituciones más creíbles del país”, incluso por encima
de la Iglesia Católica y del presidente Evo Morales. Una
generalización sospechosa porque incluía a todos los medios, cuando
no todas las redes televisivas son las más creíbles ni las más
vistas del país”.
De
acuerdo con los datos de la encuesta de Ipsos Apoyo Opinión y Mercado,
la máxima credibilidad otorgada a una red televisiva a nivel nacional
apenas llega a 21% (Unitel) después baja a 17% (Red Uno) y Ninguno está en el tercer lugar con 13% por encima de ATB 12%, PAT 8%, Bolivia TV 8%, Bolivisión 6%. (Tomado de ERBOL).
Entonces
¿Cuán peligrosos resultan los mensajes de estos medios para el
despertar de la conciencia de la ciudadanía? El engaño, la improvisación
y la espectacularización de sus notas no calan a la hora de mostrar con
evidencia la verdad de los hechos.
No
hay nada dejado a la improvisación, la información está perfectamente
estructurada de manera que plantea pocas dudas al sistema y lo presentan
como pretextos falsos de “verdadera democracia, igualdad de derechos y
como vía de prosperidad en lo individual y lo colectivo”.
La
mediocridad ha llegado a un gran número de medios, incluyendo a sus
periodistas que se jactan con los premios que ganan en concursos de sus
propios empresarios que justifican el regalo que les dan por “lo bien”
que dirigen sus revistas informativas o el show que nos presentan.
De
este penoso y lamentable escenario no se escapan los medios estatales
que tristemente exponen sus debilidades y su falta de capacidad porque
la dirección y la línea estratégica de su propuesta comunicacional sigue
en pañales aun sea cambiando a sus cabezas ¡por más de 7 veces!
No
muy lejos de esta clasificación pongo a los nuevos medios
sensacionalistas de la información que, otrora, condenaban la línea de
los medios de crónica roja y que ahora, son ellos, los fieles a la
conducta de sus “empresarios” o directores de sus medios, eso es lo que
está pasando en emisoras como ERBOL en La Paz.
Los medio crasos
Esos
medios ya le faltaron respeto a la ética y a los principios más
elementales de respeto a la dignidad de las personas. De esos medios y
sus actores, los periodistas e improvisados comunicadores se habla hasta
en las reuniones mas íntimas y son siempre los mismos.
A
muchos de sus protagonistas los vemos, oímos o leemos en revistas
informativas de farándula, de histrionismo de lo más vulgar que solo
sirve para la mofa y para copiar modelos de lo más banal y sin
contenido.
Los
hay medios que en sus revistas informativas sacan frases, palabras o
actitudes de las autoridades más representativas, como en la mayoría de
los medios televisivos, al inicio de la gestión de Evo Morales, solo se
entretuvieron en burlarse de los mensajes que dijo el primer mandatario.
La
figura de los ególatras es otro síntoma de la mediocridad y de falsa
postura de muchos periodistas. De esos tenemos muchísimos en Bolivia,
son de los que cada día le prenden una vela a su rubro y a su ego
sabiendo los grandes errores que cometen “los perfectos de la opinión”.
Los
hay empresarios de medios privados que azuzan a sus periodistas para
responder a fines políticos como lo fue en el tema del cerco a la
Asamblea Constituyente en Sucre el 2007. Nadie podrá olvidar a Roger Gonzales, Director de Canal 11, TV-U, ahora en juicio por “incendiar”
con su “convocatoria a la población sucrense” para ir en contra de
asambleístas y después destilar su odio y racismo contra campesinos el
24 de mayo de 2008.
De esa misma estirpe conocemos a falsos periodistas que ya están purgando sus penas como Jorge Melgar y Luis Arturo Mendivil, este último abogado de profesión y dueño de un medio de comunicación en Santa Cruz, como es Radio Oriental y de Radio Iyambae.com.
Y hay todavía una lista larga de los anónimos
que escondidos en sus faenas extravagantes como el cruceño Carlos
Valverde, lanzan sus petardos diariamente, sin anestesia, propinando
golpes bajos sobretodo contra el primer mandatario y sus ministros.
Y volviendo al planteamiento de inicio, acabo con la pregunta de Vinicius Mansur, corresponsal brasileño que, en lo referido al pretexto de la libertad de expresión que utilizan los medios nos decía:
“¿Hasta
cuándo aquellos que se abogan el derecho de fiscalizar y cuestionar
todas las instituciones y esferas de la sociedad, seguirán usando la
excusa de la “libertad de expresión” para mantenerse blindados a
cualquier incidencia externa? ¿Los medios constituyen una entidad
situada por encima de todas las demás?”
*Rafael Artigas, es comunicador e investigador orureño.
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